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Por William Padrón @williampadron
En el 2012 se cumplirán 20 años del lanzamiento de álbum Dirt, el quinto en la carrera de Alice in Chains y determinante en la escena grunge de principio de los 90s.
La muerte de Mike Starr, bajista fundador, nos lleva a examinar este legado sonoro, además de ser el último disco donde apareciera el músico fallecido el pasado 8 de marzo de 2011, uniéndose al vocalista Layne Staley quien fuera hallado sin vida el 5 de abril de 2002.
Y si examinamos el contexto en el que fue concebido este álbum, podría ser una premonición, y a la vez cruda realidad de sus protagonistas. Siempre hubo una sinceridad en sus letras que preocupaban. Al final fueron directos. El disco está lleno de depresión, ira, angustia, abuso de drogas, guerra, muerte, comportamientos anti-sociales y diferentes tópicos emocionales pero grises.
A pesar de que Alice in Chains era la banda metal de Seattle y sus reconocibles coqueteos con el sonido a lo Black Sabbath, la aparición del sencillo “Would?” en la película Singles de Cameron Crowe, en la que se ve un cameo del grupo, muestran un cambio en el cuarteto y determinan el suceso de álbum como parte del conglomerado que definió el grunge. Eso fue lo que le dio el impulso inmediato a Dirt hasta colocarlo en el puesto #6 de la cartelera Billboard.
El panorama en el que se grabó fue literalmente oscuro y lleno de excesos como sus letras, Staley había salido de rehabilitación pero cayó en la heroína y mientras grababa “Down in a Hole” y “Angry Chair” estaba totalmente drogado, incluida la marihuana como el resto de la banda, también tomaba Oxicodona para calmar los dolores.
Sean Kinney (Batería) y Mike Starr (Bajo) tenían una guerra interna contra su adicción al alcohol. Jerry Cantrell (Guitarra) atravesaba problemas con la bebida pero padecía un cuadro clínico depresivo que estaba siendo tratado con Xanax y lo mezclaba con los excesos antes mencionados. La causa obvia era la muerte de su madre, sumada a la de su mejor amigo y compañero de cuarto, el ahora leyenda delgrunge Andrew Wood (Mother Love Bone).
Lo que encontramos en Dirt es una serie de cuestionamientos internos. Lo resume “Junkhead” cuando dice: “Somos una raza de élite con personalidad propia, los drogados, los junkies y freaks“. Impactaba el tema “Dirt” cuando francamente interpretaba “Quiero probar el sabor de la pistola sucia, en la boca, en la lengua“.
Alice in Chains jamás ocultó su dolor humano. Al final colocaron 5 sencillos en las radios: “Would?”, “Them Bones“, “Angry Chair“, “Rooster“, y “Down in a Hole“, este último con una declaración tenebrosa: “No sé si pueda ser salvado, veo mi corazón, lo he decorado como una tumba“.
Si bien Dirt es un trabajo muy oscuro, también es el más intenso y mejor logrado de la banda, navegando dentro de esas fuertes circunstancias. Los riffs de Cantrell a ratos psicodélicos pero evidentemente influenciados por Sabbath hacen de este disco una joya musical contemporánea. Lo que hace que sea creíble a Dirt es la naturalidad con la que abordan el dolor, las líneas de bajo sólidas y unas armonías de guitarra que entienden el concepto por el que fue gestada esta obra sonora.
Alice in Chains dejaba el metal como bandera pero arropaba una tendencia en la que Staley/Cantrell se iban a convertir en la llave musical más emblemática del Noroeste del Pacífico estadounidense y a la posteridad de la escena musical en el mundo.