Por Daniel Noboa
El evento del sábado pasado (18.07.09) en Hard Rock Café del Sambil, Caracas, es de esos que dificilmente sean olvidados por los que estuvimos presentes, aunque paradójicamente, con tanto ron gratis, más de uno tendrá sus recuerdos severamente comprometidos.
Todo comenzó a las 3:00 de la tarde de la mano de la agrupación Telegrama, con un sonido muy sólido y agradable. A esa hora sólo los muy muy muy lambucios (hola) estaban presentes tomando su primer trago, pocos serían los que sobrevivirían hasta el final de la jornada.
Los próximos en tocar fueron Cunaguaro Soul, una banda claramente influenciada por Dermis Tatú. Son actualmente una de las propuestas musicales más interesantes del país. Rock and roll como debe ser.
Las chicas de Skin (con baterista prestado de Los Telecaster) fueron las terceras en tocar. Han progresado como banda. Si en alguna ocasión juré que no me gustaban para nada, hoy en día debo admitir que superaron mis expectativas y que quedé muy gratamente impresionado con su show.
Los Mesoneros, candidatos a ganar el Festival Nuevas Bandas 2009, llegaron ya caida la noche al escenario con sus nuevos uniforme fluorescentes. Nuevamente demostraron que son una de las bandas con más futuro hoy en día. Son demasiado jóvenes, y saben demasiado bien cómo hacer un buen show de rock en una tarima. Si no los agarra un mánager locote, o se separan por culpa de alguna mujer, estos muchachos llegarán muy lejos.
Ya el alcohol estaba haciendo estragos en la gente cuando Chuck Norris dio su show. Agradables. En realidad debieron tocar Los Paranoias, pero debido al cambio de fecha, tuvieron que cancelar porque Mérida les parecía más cool que un festival con muchas bandas, ron gratis y exposición ante una marca respetable.
Al montarse Los Mentas en el escenario, la cosa no podía ser mejor: más de uno había desvirgado la poceta de hard rock café con su vómito, otros recien llegaban, desesperados por beberse toda la barra y las mesoneras del local flirteaban con los clientes. Era el caldo de cultivo ideal para esta banda, ya convertida en un culto, culto a la borrachera, al ron, a las taguaras.
Sin duda alguna, el show de Los Mentas fue el más genial, divertido, aplaudido y sinceramente sentido de toda la noche. Y es que no podía ser de otra forma, era como la música ideal, en el lugar ideal, con el trago ideal. Sí, ellos se llevaron la medalla de oro.
Pero esto no quiere decir que las dos agrupaciones que faltaban no la batearon como debe ser.
Pixel dio un impecable show. Lleno de energía. Pablo Dagnino con un look feo en el cabello, Tito tocando guitarra mejor que nunca. Los baños con colas largas de gente mareada, y conatos de peleas en el de las chicas. ¿Podía ser mejor la noche?
Finalmente, Fauna (Crepuscular) se montó a tocar ante un público demasiado acabatrapos y perdido por la vida. Algunos se habían ido ya, otros, seguían ahi, al pie de la barra, bebiendo como cosacos, planeando en qué cuneta capitalina amanecer.
Los ex-crepusculares le dieron el broche de oro a este inolvidable concierto. Hasta un tributo a Michael Jackson supieron hacer, interpretando Beat It. Fauna está en uno de sus mejores momentos, sin duda.
¿Lo malo de este festival? Que no había tequeños gratis.