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Considerados en sus inicios como el hijo más bastardo del one night stand entre Nirvana, Pearl Jam y The Smashing Pumpkins, Silverchair ha mantenido significativamente un lugar muy especial en los oídos de muchos, gracias a una indudable capacidad de crear increíble música, sin caer en el campo de lo convencional. Pasados 5 años desde “Diorama”, álbum considerado como el mejor trabajo en estudio de este trío australiano, vuelven a la escena musical luego de superar problemas, enfermedades, proyectos solistas y “nimiedades”por el estilo.
Hayas seguido su carrera de lejos o de cerca, el estilo de la banda ha tomado un camino que, pecando a veces de impredecible, por momentos, es mucho más grandioso y profundo de lo que puede visualizarse a simple vista. Estructurado en una cantidad importante de temas en base a clásicos arreglos orquestales de la mano de la Compañía Filarmónica Checa, “Young Modern”su quinto trabajo discográfico, es otro intento ambicioso de Daniel Johns de demostrar que a pesar de que existe “ese” camino más comercial al hacer música, también esta “otro”más meritorio que se resume en no quedarse atascado musicalmente, jugar con las composiciones, experimentar, disfrutarlas hasta la saciedad y hacer lo que mejor saben hacer.
A Favor: En general todos los temas contenidos en el disco se pasean entre las cada vez más delgadas fronteras del indie y el post-rock.
Silverchair ciertamente ha evolucionado años luz desde esos días de “Tomorrow”, “Freak” y “Anthem For The Year 2000”, reemplazando ese post-grunge agresivo que los sacó de las fronteras Australianas, por sonidos más trabajados y sofisticados como los contenidos en “Young Modern Station” tema de apertura del álbum y “Straight Lines”, increíble sencillo promocional infestado de melodías pegajosas.
Además de contener grandes momentos al estilo de trabajos anteriores de estos chicos, el uso atmosférico del piano, los sintetizadores y los pasajes orquestales en gran parte de las composiciones es envolvente, ejemplo de ello son el casi teatral “If You Keep Losing Sleep” y “Those Thieving Birds (Part 1) / Strange Behavior / Those Thieving Birds (Part 2), este último, un casi épico corte de 7 minutos y medio. Podría decir de esta última, que es la mejor canción compuesta por algún grupo exponente del Aussie rock en la historia.
“Reflections Of A Sound”, “Waiting All Day” y “All Across The World” son experimentos al mejor estilo “Diorama”. Baladas pop, llenas de melancolía y arreglos rebosantes de agradables melodías de muy buen gusto.
En Contra: Algunos de los temas contenidos en el álbum pasan desapercibidos, pero no de buena manera. “The Man That Knew Too Much”, a pesar del esfuerzo, es un tema simplemente aburrido, no hay otro adjetivo para describirlo. “Mind Reader”, con un aire algo punk, falla estrepitosamente especialmente en la ejecución vocal de Johns.
Tratar de entender que tenían en mente en cortes como “Low”y “Insomnia”es bastante difícil. Lo único que me viene a la cabeza es “McCartney solista”. Eso lo resumiría todo. Lo siento “puristas de la historia del rock”, es hora de buscar nuevos rolemodels.
Veredicto: “Young Modern” no llega a la magnanimidad de “Diorama”, pero después de tanto tiempo al ruedo, este trío sabe como brindar un álbum bastante original y armonioso plagado de atmósferas un poco complejas y quizás no tan digeribles como muchos quisieran, pero que igualmente al escucharlos te preguntarás con el respectivo gesto de sorpresa, ¿Es eso Silverchair?.
Pero lo más destacable a pesar de todo, es el considerable crecimiento de una banda que desde sus inicios y un poco más allá, eran detestablemente comparados con Nirvana, -para mí- una de las bandas más sobreestimadas de la música alternativa, a una entidad musical mucho más completa, madura y en muchas oportunidades bastante interesante. Gracias a dios por eso.
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