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Inside Llewyn Davis: un homenaje a la música folk

Por Luis Bond

Hay que aplaudir cuando un Director de culto sale de su zona confort. Primero, se necesita mucho valor para atreverse a abordar otras propuestas diferentes a las habituales. Segundo, el resultado puede ser algo genial o terrible: las medias tintas no existen en esa clase de experimentos. Gracias a este tipo de riesgos tenemos películas geniales como Hugo (un film hermoso que dista muchísimo de la violencia a la que Scorsese nos tiene acostumbrados) o Pain and Gain (una comedia rarísima de Michael Bay sin explosiones), por nombrar dos ejemplos contemporáneos afortunados (y no hablar del lado oscuro de la historia: películas horribles como El avispón verde de Michel Gondry o El turista de Florian Henckel von Donnersmarck). La realización de esta clase de films se vuelve más complicada cuando el Director se caracteriza por tener una impronta muy fuerte (como Wes Anderson, Tim Burton, Quentin Tarantino o Guy Ritchie) y el tipo de historia a contar dista mucho de su narrativa habitual. Inside Llewyn Davis es una rareza dentro de la filmografía (que ya es extraña per se) de una de las parejas más proliferas de la historia del cine: Ethan y Joel Cohen. Particularidad que la hacen una película bastante especial.

Ambientada en los años 60, este film nos cuenta el día a día de Llewyn Davis (Oscar Issac), un cantante de folk fracasado que lleva una vida bastante triste: no tiene hogar, vive de la caridad de sus amigos, sobrevive con el poco dinero que gana cada vez que se presenta en algún recoveco de New York y parece destinado a morir de frío en las calles, sobreviviendo apenas con un abrigo desecho, su guitarra y todas sus pertenencias en un par de cajas. Al principio, Llewyn Davis parece sufrir de una terrible mala suerte, pero lentamente comenzamos a conocerlo y entender que su mala racha se debe a una serie de malas decisiones tomadas por él. En su peregrinaje los acompañan varios personajes pintorescos encarnados por artistas de la talla de Carey Mulligan, Justin Timberlake, Garret Hedlund y John Goodman, aliados que intentarán ayudar a Llewyn Davis al margen de su carácter testarudo y su decisión de seguir por un camino duro en la vida, alimentando la esperanza de cumplir su sueño de ser un cantante de folk famoso.

Inside Llewyn Davis es una película llena de música sin ser por eso un musical. Salvando las distancias, así como Ray es un homenaje al Jazz y Walk The Line a la música country, Inside Llewyn Davis es un tributo a la música folk, a sus letras y al estilo de vida melancólico de sus intérpretes. A diferencia de sus homologas antes mencionadas, el largometraje de los Cohen no posee un personaje con altos y bajos: Llewyn Davis no obtiene ningún tipo de redención como la tuvieron Ray Charles y Jhonny Cash (sin caer en el melodrama). La impronta de los realizadores (personajes excéntricos, tanto en su psicología como caracterización, historias raras contadas de una forma bastante peculiar y altas dosis de humor negro) se difumina en esta historia, haciendo que sea difícil reconocerlos (salvo los momentos con John Goodman). Oscar Isaac sabe mantener el ritmo de la historia, ganándose nuestra simpatía con su voz desde el primer plano. No sólo cumple con el perfil del cantante de folk, su interpretación nos permite conectarnos con él al instante. Nunca sentimos lastima como en Precious, entendemos sus cuitas y las padecemos junto con él. Los personajes secundarios que lo acompañan, a su vez, también sirven de metáfora de todas las penurias con las que debe convivir alguien que elige el camino de la música. Una película melancólica y rara que no tiene perdida, sobre todo para los amantes de la música folk.

Lo mejor: todo el soundtrack de la película, cada canción es hermosa y muy bien interpretada. La actuación de Carrey Mulligan saliendo de sus papeles habituales de niña tierna e inocente. El personaje de Jhon Goodman es de lo mejor. El carisma de Oscar Isaac.

Lo malo: si no te gusta la música folk puedes fastidiarte (hay muchos momentos que son literalmente gente cantando y nada más ocurriendo). Si no eres seguidor de los Cohen, probablemente, te parezca una película aburrida.

Veredicto: Inside LLewyn Davis es una película rara dentro de la filmografía excéntrica de los hermanos Cohen. Es un experimento bastante particular, pero que funciona sin problema. No es su mejor película, pero no por eso es mala. Si Fargo es un 5/5, Inside Llewyn Davis tiene 4/5.

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