Por Freddy Campos
Luego del trago amargo dejado por la fallida presentación de Mauro Picotto, que por los vientos que soplan será repetida en enero, DJ Tiesto aterrizó en Caracas para repartir beats de trance a alta velocidad el 27 de noviembre en el Hipódromo de la Rinconada.
La referencia equina no sólo estuvo en el lugar elegido para el evento, sino en la franela que vistió el artista durante la rueda de prensa, con motivos griegos entre los cuales destacaba la cabeza de un caballo. Y este espíritu galopante se trasladó de igual manera a su sesión de casi cuatro horas, en las que ese obsesionante ritmo como de una carrera de caballos a paso redoblado y sin descanso, se dejó sentir con fuerza.
Antes de la medianoche, Dj Jaxx abrió con house progressive, con ciertos toques electro, y calentó el ambiente para los que venían llegando. En el VIP, desde el segundo piso de la Tribuna A, se veía un escenario con buena parrilla de luces y disposición de sonido, cuatro pantallas para transmitir las visuales y un público animado y creciente.
Los temas de las imágenes variaban desde abstracciones geométricas y cromáticas en dos mini pantallas bajo el discplay, hasta collages vertiginosos de películas retro en blanco y negro, tomas sadomasoquistas con pin ups estilo Betty Page y carreras de automóviles, entre otros motivos perfectos para estimular la mente del trancero de corazón.
Tras la intervención de Jaxx, pasó a los platos el holandés Dj Le Blanc quien subió a trance directamente, y entretuvo a la audiencia hasta bien entrada la una de la madrugada. El compatriota de Tiesto trabajó con las mezclas hasta que se hizo una pausa musical para dar la entrada a la estrella de la noche, quien se bajó de una van en plena pista arenosa del Hipódromo y recibió la respuesta del público que uno espera ver ante Madonna, Michael Jackson o U2. Se apreció una total histeria colectiva ante el ascenso al escenario del DJ # 1 del mundo por tres años consecutivos, siempre según Dj Mag.
Fue recibido con una alfombra roja musical de ambient y algo de pirotecnia para entrarle al ritmo. Aquí vale la pena recordar que en la rueda de prensa Tiesto le dijo a este cronista que se había especializado como un Dj de trance debido al sentimiento de unión y conexión que las melodías despiertan en el público.
En las primeras de cambio, se le notó mayor entusiasmo antes y durante el evento, ya que venía con la impresión de que esta vez el público estaba más claro acerca de su show y del significado de su trabajo. De modo que jugó más con la audiencia, alzó las manos, bailó, y al final, como hace cuando termina contento algún toque, lanzó viniles firmados y casi arroja también los audífonos.
En su selección destacaron clásicos de su producción propia como Traffic y Lethal Industry, novedades como Love Comes Again (en la que se repitió la pirotecnia) y Just Be, parte de su producción para las Olimpíadas de Atenas y remezclas con orquestaciones clásicas como el Adagiode cuerdas llevado a trance.
Cerró la noche con un temazo emotivo y ambient, de carácter épico, que dejó al entregado público pidiendo más, deseando una tercera visita. El efecto anímico y psicológico de ir a un toque de Tiesto es salir sin querer escuchar más música por un buen rato, saciado, casi sin hablar, asimilando lo que se acaba de presenciar.
Ojalá vuelva pronto por acá, en vista de que este es el público que considera más receptivo al trance en la actualidad, ante el hastío de las audiencias europeas que quemaron sus cartuchos en los años de existencia del género.
Por su show, las cinco estrellitas completas, por primera vez.
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