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Fuente: Rafael Oscarsson – www.rollingstone.es
A las estrellas del rock también se les agota la paciencia y pierden los nervios. Y llegan a las manos, dispuestos a pelear, en momentos de rabia, locura, provocación o malos entendidos. A veces incluso les pasa con sus fans. Un problema: estos desencuentros se corren como la pólvora, y más en tiempos de YouTube y móviles con cámara. He aquí una selección con músicos que agredieron a sus seguidores. Hay quien tiene la técnica para dar leches muy bien depurada, como podemos comprobar en alguna grabación.
– Henry Rollins (Black Flag): El fan que lo buscaba
La música de los punks angelinos Black Flag era lo más agresivo que había a principios de los 80. Sus conciertos tampoco se quedaban cortos (“Mi primera paliza de un policía fue en un concierto de Black Flag”, recuerda Dexter Holland, cantante de Offspring). En este video vemos como un seguidor provoca insistentemente al corpulento vocalista de la banda, Henry Rolling, tratando de darle un manotazo. El musculoso líder finalmente se activa y responde contundentemente. Esto es dolor:
– Keith Richards (Rolling Stones): La guitarra como un bate
Los Stones también las han tenido con sus fans. Aquí les vemos interpretando su célebre Satisfaction. Sobre el escenario aparecen globos y un espontáneo correteando. Keith Richards se descuelga su guitarra y la convierte en una improvisada arma (como si fuera un bate). Y golpea con ella, sin compasión, al intrépido. La operación apenas dura segundos, el agresor vuelve a colgarse su instrumento y sigue tocando como si nada. Un profesional el señor Keith:
– Billie Joe Armstrong (Green Day): Una técnica depurada para dar en los morros
“Me peleo contigo ahora mismo. Venga, súbete al escenario”. Lo suelta, desafiante y mosqueado, el vocalista de Green Day. Parece una sobrada pero no lo es. Billie tira con ímpetu su instrumento al suelo y hace lo que nadie se espera: saltar sobre el público para dar de leches al provocador. Técnica no le falta: atención a cómo, en el minuto 00.12, coloca sus pies para que la caída sobre los morros de algún desgraciado sea lo más dañina posible:
– Tom Kaulitz (Tokio Hotel): Movida en la gasolinera
Hace unos pocos años muchas adolescentes se volvían locas con esta banda alemana. Y, claro, cuando la devoción se transforma en acoso, surgen los encontronazos. Sucedió en una gasolinera, en Hamburgo (Alemania): una seguidora se acercó al coche del guitarrista, Tom Kaulitz, para pedirle un autógrafo, de forma insistente. Éste hizo caso omiso, la chica se enfadó y nuestro protagonista decidió tirarle a la joven el cigarrillo que estaba fumando. En lugar de cogerlo y subastarlo por eBay, ésta lo aplastó contra la ventanilla del auto de su ídolo. Mal hecho. Tom se bajó y la golpeó. La pesadilla de cualquier fanática de Tokio Hotel (si es que aún queda alguna).
– Axl Rose (Guns N´ Roses): Un rockero sensible a los proyectiles
El vocalista de Guns N´ Roses es un rockero especialmente sensible a que se le lancen objetos al escenario: si considera necesario interrumpir un concierto por ello, no se lo piensa dos veces. Cuando su banda era la más grande del planeta, en los primeros 90, incluso se tiraba a las primeras filas para soltar alguna galleta. Podemos verle aquí, fuera de sí, lanzándose en plancha y dispuesto a sacarle los dientes a un desafortunado fan entre las primeras filas (aunque esa chaquetilla peluda que lleva no es la mejor para este tipo de faenas):
– Ian McCulloch (Echo & The Bunnymen): Sangre en los baños de un festival
De traca: dos fans, Julieta y Gary, de Echo & The Bunnymen se las vieron con Ian McCulloch, el cantante de esta banda de Liverpool (Inglaterra). Pasó hace cinco años, en Glasgow (Escocia), en los baños de la zona para artistas de un festival. El vocalista empezó a insultar a los jóvenes mientras estaban en el servicio haciendo sus necesidades. Al salir, Ian agarró al chico y le comenzó a zarandear, mientras a la chica le caía sangre por la cara. Según la versión de ésta en el posterior juicio, se debió a un portazo, propinado por una patada del músico; según la estrella, se lo hizo ella sola con la puerta del baño. McCulloch fue declarado inocente.
– Maynard James Keenan (Tool): El fan aplastado
Empieza como broma y acaba en humillación. Un fan se sube a las tablas donde está tocando esta formación de rock oscuro. Pretende abrazar al cantante, pero éste le hace algo parecido a una llave de yudo y el osado cae al suelo. Maynard se echa encima de su víctima, que queda atrapado bajo él. Resulta asfixiante verlo:
– Bj
örk: Caray con las malas pulgas de la islandesa
En este caso fue una entregada reportera quien recibió una ración de puños. Ahí estaba esperando, cual fan, a la extravagante música, en un aeropuerto en Bangkok (Tailandia), para sacarle alguna declaración. “Bienvenida a Bangkok”, fueron las tres palabras necesarias para despertar a la hidra que lleva dentro esta cantante, con nombre complicado de pronunciar. Parece la protagonista de la película El exorcista:
– Liam Gallagher (Oasis): A mi hermano no lo toques
Que los dos Gallagher que capitanearon Oasis no se llevan bien no es ninguna novedad: las mofas del uno al otro han sido tema estrella en la prensa musical británica durante años. Vamos, que no cenan juntos en Nochebuena. Pero cuando un enloquecido se subió al escenario en un concierto de la desaparecida banda y empujó bruscamente al guitarrista Noel, a Liam, su hermano y cantante, se le hinchó la vena y fue a por este infeliz fan. Los lazos de sangre están por encima de todo:
– Johnny Rotten (Sex Pistols): Contra el cantante de Bloc Party, ahora ex seguidor suyo
Sucedió en Barcelona, hace tres años, en el festival Summercase. “¿Para cuándo una reunión de Public Image Ltd.?”. A Kele Okereke, el vocalista de Bloc Party, le bastó preguntarle, con inquietud de fan, a Johnny Rotten por la banda que lideró en los 80. Esta cuestión encendió a Rotten, que actuaba en este evento junto a sus Sex Pistols. Tras unas sospechosas palabras (“Tienes actitud de negro”, soltó John, con intenciones despectivas), y junto a unos amigos, acabó lanzándose sobre el preguntador músico, que salió de aquella trifulca con magulladuras y moratones. Moraleja, Kere: nunca le preguntes a Rotten por una banda en la que haya militado.
