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Scream – Chris Cornell

Se supone que un artista tiene derecho a reinventarse, a salirse de lo que está acostumbrado a hacer y probar cosas nuevas musicalmente hablando. La historia de la música está llena de ejemplos buenos y ejemplos malos de dicha premisa, artistas que quisieron en un punto de sus carreras darle una vuelta de tuerca a su música, a veces probando levemente con uno que otro ritmo, otras veces reinventándose completamente; con resultados que dependen de muchos factores._br__br_Viendo hacia atrás, cuando surgió la noticia de la colaboración entre Cornell y Timbaland (rapero y productor que ha tenido entre sus trabajos a gente como Sean Paul, Madonna, Menudo, Justin Timberlake, The Pussycat Dolls, Björk, 50 Cent, Nelly Furtado entre otros muchos), por lo menos más de uno puso un grito en el cielo, sin haber oído una nota del disco ya calificaban de herejía dicha colaboración. Pero habría que esperar a oír el disco para ver si la apuesta de Cornell había sido a ganador._br__br_Y oyendo el resultado no queda otro veredicto._br__br_Las entrevistas que Cornell daba antes de la salida del disco avivaban aun más la curiosidad de quienes esperábamos el disco, con un morbo sádico por supuesto. Cornell dijo que el trabajo de Timbaland añadía pasajes psicodélicos a su música y que incluso comparaba a “Scream” con el “Dark side or the Moon” de Pink Floyd o “A night at the opera” de Queen, así que solo quedaba esperar a ver si dichas comparaciones eran ciertas._br__br_El disco salió y la verdad es que dichas comparaciones solo pudieran ser producto de una broma de mal gusto, un ego demasiado alto como para decir algo malo de su propio trabajo o una sobredosis de alguna sustancia alucinógena. La crítica en todo el mundo ha destrozado este trabajo y con sobrada razón._br__br_Musicalmente hablando estamos fácilmente frente a un trabajo con una falta total de inspiración y de espontaneidad. El disco se pierde en una amalgama de beats y loops dignos de un cantante novato salido de reality show y no de alguien con el background de Cornell. Tomemos por ejemplo a “Part of Me”, que abre el disco y que prácticamente es un reflejo del mismo. Una fanfarria de nintendo nos da paso a una intro digna de un disco de Daddy Yankee, para una vez finalizada arremeter con una lluvia de loops y una guitarra al fondo que quiere como sonar más duro pero no la dejan, mientras Cornell canta una letra donde habla de una tipa que botó pero que le gusta mucho y le da queso. Horrible._br__br_¿Reggaetón en un disco de Chirs Cornell? ¡Claro que sí! “Time” nos da una idea de lo que es un reggaetón agringado (¿o es que ese Tun PACUPA no suena como eso?), con corito rapeado y todo, es el segundo peñonazo que nos conseguimos en el disco, y nos deja literalmente sin aliento, para mal._br__br_En “Get Up” nos encontramos con algo que sorprende en este disco…un riff de guitarra!, la cual suena durante algunos segundos mientras loops de voces nos van introduciendo a un final digno de un show tipo break dance o similares, el cual es el comienzo de la siguiente canción “Ground Zero”._br__br_”Take Me Alive” tiene un aire pseudo oriental algo logrado que se ahoga un poco pero que por lo menos le da un toque distintivo a la canción diferenciándola del resto._br__br_”Scream”, que titula al disco, y que fue una de las primeras canciones que se filtro para oír, es la menos chiclosa de todas y es muy fácil de disfrutar. Sólo su extensión excesiva para un tema así peca en contra de ella._br__br_”Watch Out” cierra el disco con una cadencia y un ritmo que recuerdan mas canciones de Destiny Child y similares que a algo rockero. Da pena ajena oír a una voz como la de Cornell cantar algo así.

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Se supone que un artista tiene derecho a reinventarse, a salirse de lo que está acostumbrado a hacer y probar cosas nuevas musicalmente hablando. La historia de la música está llena de ejemplos buenos y ejemplos malos de dicha premisa, artistas que quisieron en un punto de sus carreras darle una vuelta de tuerca a su música, a veces probando levemente con uno que otro ritmo, otras veces reinventándose completamente; con resultados que dependen de muchos factores.

Viendo hacia atrás, cuando surgió la noticia de la colaboración entre Cornell y Timbaland (rapero y productor que ha tenido entre sus trabajos a gente como Sean Paul, Madonna, Menudo, Justin Timberlake, The Pussycat Dolls, Björk, 50 Cent, Nelly Furtado entre otros muchos), por lo menos más de uno puso un grito en el cielo, sin haber oído una nota del disco ya calificaban de herejía dicha colaboración. Pero habría que esperar a oír el disco para ver si la apuesta de Cornell había sido a ganador.

Y oyendo el resultado no queda otro veredicto.

Las entrevistas que Cornell daba antes de la salida del disco avivaban aun más la curiosidad de quienes esperábamos el disco, con un morbo sádico por supuesto. Cornell dijo que el trabajo de Timbaland añadía pasajes psicodélicos a su música y que incluso comparaba a “Scream” con el “Dark side or the Moon” de Pink Floyd o “A night at the opera” de Queen, así que solo quedaba esperar a ver si dichas comparaciones eran ciertas.

El disco salió y la verdad es que dichas comparaciones solo pudieran ser producto de una broma de mal gusto, un ego demasiado alto como para decir algo malo de su propio trabajo o una sobredosis de alguna sustancia alucinógena. La crítica en todo el mundo ha destrozado este trabajo y con sobrada razón.

Musicalmente hablando estamos fácilmente frente a un trabajo con una falta total de inspiración y de espontaneidad. El disco se pierde en una amalgama de beats y loops dignos de un cantante novato salido de reality show y no de alguien con el background de Cornell. Tomemos por ejemplo a “Part of Me”, que abre el disco y que prácticamente es un reflejo del mismo. Una fanfarria de nintendo nos da paso a una intro digna de un disco de Daddy Yankee, para una vez finalizada arremeter con una lluvia de loops y una guitarra al fondo que quiere como sonar más duro pero no la dejan, mientras Cornell canta una letra donde habla de una tipa que botó pero que le gusta mucho y le da queso. Horrible.

¿Reggaetón en un disco de Chirs Cornell? ¡Claro que sí! “Time” nos da una idea de lo que es un reggaetón agringado (¿o es que ese Tun PACUPA no suena como eso?), con corito rapeado y todo, es el segundo peñonazo que nos conseguimos en el disco, y nos deja literalmente sin aliento, para mal.

En “Get Up” nos encontramos con algo que sorprende en este disco…un riff de guitarra!, la cual suena durante algunos segundos mientras loops de voces nos van introduciendo a un final digno de un show tipo break dance o similares, el cual es el comienzo de la siguiente canción “Ground Zero”.

“Take Me Alive” tiene un aire pseudo oriental algo logrado que se ahoga un poco pero que por lo menos le da un toque distintivo a la canción diferenciándola del resto.

“Scream”, que titula al disco, y que fue una de las primeras canciones que se filtro para oír, es la menos chiclosa de todas y es muy fácil de disfrutar. Sólo su extensión excesiva para un tema así peca en contra de ella.

“Watch Out” cierra el disco con una cadencia y un ritmo que recuerdan mas canciones de Destiny Child y similares que a algo rockero. Da pena ajena oír a una voz como la de Cornell cantar algo así.

A Favor: Tal vez para oídos acostumbrados a la música pop el disco pueda resultar notable. No cabe duda de que ha tenido una producción cuidada y eso se nota en el sonido del disco. Canciones como “Take Me Alive” o “Scream” mantienen algo de frescura en un disco ahogado.

En Contra: Es imposible oír el disco sin desprenderse de la idea de que la voz que estamos oyendo es la de uno de los cantantes mas prolíficos de los últimos 20 años, con un currículum musical (Temple of the Dog, Soundgarden, Audioslave) por lo menos envidiable. ¿Que hizo que Cornell se embarcara en semejante proyecto? ¿Aburrimiento musical? ¿Hastió? ¿crisis de la mediana edad? La letras son de lo peor, perdiendo la vena poética que caracterizó a Cornell en todos sus trabajos. Juzgándolo sólo como un disco pop no tiene nada que vaya más allá de lo notable y cae en muchos clichés (¿intencional acaso?) de lo que hemos venido oyendo en los últimos tiempos en ese género.

Veredicto: Tal vez la foto de la portada mostrando un Chris Cornell lanzando una guitarra al suelo nos daba una pista que no supimos ver. Muchos quisieran ver a Cornell dando una rueda de prensa y diciendo que todo el disco es una broma elaborada tipo Borat para ver cómo reaccionaba la gente. Lamentablemente no es así y se tendrá que calar la avalancha de críticas que está recibiendo y recibirá por este trabajo. En el futuro muy seguramente Cornell sacara un disco muy rockero, dirá que está volviendo a sus raíces y que este disco fue un experimento que no resulto como esperaba. El tiempo dirá.

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