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El sorprendente hombre araña 2: las responsabilidades de un gran poder

El sorprendente hombre araña 2 es muy superior a la primera desde todo punto de vista, superando con creces al fantasma de la trilogía original y alzándose con su propio brillo

Por Luis Bond

Marvel tiene en sus manos el monopolio cinematográfico de los súper héroes. Desde Iron Man (y la idea de crear The Avengers) la producción y calidad de sus historias ha subido considerablemente. Actores, directores y guionistas con nuevas ideas le han infundido vida a una fábrica de blockbusters que sólo podría compararse con Disney en sus años dorados de animación. Con el reboot que se le hizo a Spiderman, se buscó salvar una franquicia que había sido enterrada en el subsuelo por la terrible tercera película de la saga liderada por Sam Raimi. Así, El sorprendente hombre araña se desarrolla en otra línea de tiempo, con otro estilo narrativo, una historia diferente y demás detalles que la dotan de autonomía propia para revisitar a Spiderman desde otra perspectiva (conservando su esencia, claro está). Su primera entrega fue buena, aunque dejó la sensación de que lo mejor estaría por venir. Sin duda alguna, así fue. El sorprendente hombre araña 2 es muy superior a la primera desde todo punto de vista, superando con creces al fantasma de la trilogía original y alzándose con su propio brillo.

La película retoma la historia que comenzó hace un par de años en El sorprendente hombre araña. Nos reencontramos con un Peter Parker (Andrew Garfield) al que parece irle muy bien: se acaba de graduar, tiene de novia a la hermosa Gwen Stacy (Emma Stone) y su alter ego se ha transformado en un ídolo de la ciudad… Pero no todo es color de rosa, Peter sigue atormentado por el fantasma del padre de Gwen Stacy -a quien prometió separarse de ella para no ponerla en peligro- y obsesionado por saber quiénes eran sus padres y por qué lo abandonaron. A esto se suma la llegada a la ciudad de su mejor amigo de la infancia Harry Osborn (Dane DeHaan), un huérfano multimillonario que posee una extraña enfermedad y que hereda Oscorp poniendo a sus manos tecnología de punta y el acceso a varios experimentos restringidos. En paralelo, aparece Max Dillon (Jamie Foxx), un perdedor obsesionado con Spiderman y que gracias a un accidente se transformará en Electro, un villano narcisista que desea destruir a su ídolo para transformarse en el centro de atención. Son precisamente estos últimos dos hechos los que dislocan la vida de Peter y lo hacen debatirse entre sus miedos, su vida personal y su labor como héroe.

El primer rasgo distintivo de El sorprendente hombre araña 2 son sus matices en el registro dramático. Su Director, Marc Webb, sabe mezclar a la perfección la comedia, el drama y la acción sin perder el equilibrio. Al igual que su opera prima, 500 días con Summer, Webb sabe plasmar en pantalla momentos sumamente románticos -sin ser empalagoso y de forma fresca- y, al mismo tiempo, abordar el drama con el aplomo suficiente sin caer en la solemnidad. Las escenas de acción y el tono general de la película es mucho más hacia el cómic que su predecesora, lo que conecta con un Spiderman que es sarcástico, a veces un poco pedante, que juega de forma infantil con los villanos, recordándonos que a pesar de sus demonios sigue siendo un chico. Los villanos dan la talla y nos dejan queriendo ver más de ellos (sobre todo el Duende verde). Sin caer en spoilers, El sorprendente hombre araña 2, al igual que todas sus homólogas de Marvel (Thor 2, Iron Man 3, Capitán América 2), explora la caída del héroe y esboza lo que podría ser su posible redención. Por supuesto, no todo reposa en la cámara de Webb, sus guionista son los mismos responsables del reboot de Star Trek, lo que nos da una idea de la solidez del guión del film. Toca esperar a una tercera entrega para ver qué sucede y esperemos que esta, a diferencia del bodrio de Sam Raimi, supere la maldición de la trilogía pasada.

Lo mejor: la química entre Andrew Garfield y Emma Stone. La actuación de Dane DeHaan: ese chico nació para hacer papeles de malo. El 3D vale la pena. Las secuencias de acción. El final con todas las alusiones a los otros villanos de la historia de Spiderman.

Lo malo: tal vez, muchos de los momentos románticos entre Gwen Stacy y Peter Parker le fastidie a los fans de la acción. Anunciar la presencia del Rhino en el trailer y dejar a la gente picada por su leve aparición (aunque completamente justificada). No hay escena post-créditos.

Veredicto: el reebot que recibió Spiderman le hizo bastante bien. Su primera película creó un universo sólido que en esta segunda entrega expande todo su potencial llevándola a su pico más alto. Una película casi perfecta para los amantes del cómic y fanáticos del héroe. Le doy 5/5.

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