Por Luis Bond
Marvel ha sabido jugarla bien. Lo que comenzó como una ola de largometrajes protagonizados por los héroes favoritos de todos, lentamente, comenzó a transformarse en una avalancha de éxitos de taquilla hasta dar a la luz la quintaesencia del estudio: The Avengers. Un film épico, casi perfecto, y que parecía imposible de superar por cualquier otra franquicia. ¿Qué podría ser mejor que todos los súper héroes que amamos en varias películas reunidos en una sola y bajo la batuta de Joss Whedon?, en teoría, nada… o al menos eso pensábamos hasta la llegada de Guardianes de la Galaxia (Guardians of the Galaxy) la gran sorpresa del estudio y, sin lugar a dudas, el suceso cinematográfico del año. Contrario a sus antecesoras, con esta historia Marvel se aleja de la dependencia de grandes nombres conocidos por todos, actores aclamados y asume el riesgo de comenzar desde cero con una historia de bajo perfil en el mundo del cómic. El resultado: una película con personalidad única, personajes cautivadores, humor sumamente particular, un guión que se sostiene por sí mismo y que podrá ser disfrutada por los fanáticos de Marvel o cualquier persona que se tope con ella en cartelera. Algo que tenía tiempo sin ocurrir en este tiempo de secuelas tras secuelas y que obliga a Marvel a reinventarse como estudio.
La película comienza con Peter Quill (Chris Pratt), una suerte de mercenario conocido como Star Lord, que desea intercambiar un extraño objeto abandonado en el medio de la nada por una gigantesca suma de dinero. En el proceso, descubre que el dichoso artefacto vale muchísimo más de lo que él pensaba y es perseguido por Gamora (Zoe Saldana), Rocket (Bradley Cooper) y Groot (Vin Diesel) para robárselo, desatando el caos en la ciudad y llamando la atención de las autoridades sobre ellos. Gracias a esto, todos van a prisión (donde las cosas no parecen mejorar) de donde intentarán escapar con la ayuda de Drax (Dave Bautista) para enfrentarse al malvado Ronan (Lee Pace) y su secuaz Nebula (Karen Gilian) quienes desean obtener el objeto que tantos problemas ha traído y cuyo fin parece ser ominoso para la galaxia. De esta forma, se desarrolla una montaña rusa de emociones donde la fórmula que traían películas como Thor, Iron Man o Capitán América, se desvanece por completo, dando paso a un estilo de narración único en este tipo de cine, haciendo que Guardianes de la Galaxia brille con una luz muy especial. Mientras que en otros films lo que importa es la acción, acá lo que realmente cautiva son sus personajes y la amistad que se va formando entre ellos, sin por eso descuidar la acción y el ritmo de la historia, haciendo una amalgama extraña, pero efectiva, que ninguna otra película del estudio ha logrado.
Aunque su trailer no le hacía justicia y muchos entramos en la sala sin muchas expectativas, James Gunn (su Director y Guionista) supo utilizar esta ventaja a su favor para sorprendernos a todos en Guardianes de la Galaxia. Por ser una franquicia menor en el universo de Marvel, Gunn se permitió varias licencias en la adaptación (como llenarla de referencias de los 80s, un sentido del humor a mitad de camino entre la sátira y la autoparodia del género, momentos sumamente dramáticos y secuencias de acción llenas de humor físico), dando como resultado lo que deberían ser todas las adaptaciones del cine de súper héroes: un híbrido que posea la mitad de la personalidad del Director y la otra mitad de la personalidad del cómic. Algo muy parecido a lo que hizo Shane Black en Iron Man 3 y que tanto molestó a los fanáticos a muerte del cómic. Gracias a esto, Guardianes de la Galaxia se sostiene por sí misma y, aunque toca tangecialmente el universo de The Avengers, poco tiene que ver con él (por ahora). La clave de este acierto está en la caracterización de cada uno de los personajes que desde los primeros minutos en pantalla ya se ganan nuestro amor. A diferencia de The Avengers (que tarda mucho en arrancar, depende de otras películas para poder disfrutarla por completo y tiene otras complejidades a nivel de guión que a veces juegan en su contra), Guardianes de la Galaxia comienza arriba en acción y no se detiene a explicar cosas, dándole un ritmo bastante ágil y que cautiva de inmediato. El soundtrack es de los mejores de la historia del cine de acción (sí, tanto como el de Iron Man con Black Sabbath, AC/DC y demás éxitos) y la música, más allá de ser un flashback al pasado, encaja como piedra angular dentro de la película, siendo un elemento importante dentro de la historia y no sólo un mero adorno para apelar a la nostalgia del público adulto. Por todo esto, Guardianes de Galaxia es una de las mejores películas de súper héroes de la historia del cine contemporáneo.
Lo mejor: Chris Pratt se come la película. Todas las secuencias con música. El CGI de Rocket es completamente alucinante. La química entre todos los personajes. Las 3 líneas que repite Vin Diesel. Se sostiene por sí misma a diferencia de las otras películas de Marvel.
Lo malo: el trailer no le hace justicia en absoluto. La escena post-créditos dejó a todos fuera de lugar (y un poco decepcionados). Omitiendo la breve presencia de El coleccionista y Thanos, su conexión con el universo de The Avengers todavía no está muy clara.
Veredicto: Guardianes de la Galaxia es la gran sorpresa del estudio Marvel. Su sentido del humor es único, los personajes enamoran, su ritmo es ágil, la acción alucinante y la música genial. Igual que The Avengers -y sin nada que envidiarle- Guardianes de la Galaxia merece 5/5.
