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30 años de Metallica: De la primera maqueta a su reconciliación con el metal

Por Rafael Oscarsson – www.rollingstone.es

 

Lo anuncia la página web de Metallica: la banda californiana de heavy cumple ahora 30 años. De feroz maquinaria ultra agresiva a acompañantes de Lou Reed (lo último que han hecho), esta formación ha vivido de cerca la muerte, el éxito millonario o la parodia hiriente. Éstos son algunos de los momentos más emblemáticos en su carrera. 


– Su primera grabación: con gallos y a destiempo 
Metallica estaba más verde que una lechuga, pero Lars Ulrich, batería e ideólogo del grupo, ya tenía su olfato para los negocios. Logró convencer a un capo influyente del underground heavy norteamericano para que incluyera una canción de su banda, Hit the lights, en un recopilatorio (Metal massacre). Se publicó a mediados de 1982, apenas meses después de nacer Metallica. Y comenzó a funcionar el boca a oreja. De la formación clásica sólo están en esta grabación Lars y James Hetfield. Escucha y verás: Ulrich pierde el ritmo con la batería y Hetfield suelta más de un gallo:

 

 


– Greñas, balas y cara de mala leche  
Kill ´em all, el primer álbum de los californianos (de 1983), iba a ser titulado en un primer momento como Metal up your ass (El metal te da por el culo). Estos jovenzuelos se tomaban en serio su credo: cogieron las máximas del heavy metal británico que arrasaba entonces (Iron Maiden, Saxon…) y lo ensuciaron con el punk californiano de los primeros 80 (Black Flag, TSOL…). Nació así el thrash metal, del que fueron sus principales abanderados. En su primera gira por EE UU la cosa iba de greñas sucias, cinturones de balas y actitud callejera:   

 


– Aquel trágico accidente de tráfico  
En 1986 Metallica publicó Master of puppets, disco atemporal y con el que la banda pulió, magnificó y solidificó sus virtudes: una gran pericia técnica para la velocidad y la contundencia, pero siempre al servicio de sus composiciones (y no al contrario, como pasa a menudo en el heavy). El grupo subió como la espuma, pero un fatal accidente de tráfico en Suecia, el 27 de septiembre de aquel año, lo estropeó todo. Su bajista, Cliff Burton, el mayor y más centrado de la manada, murió aplastado por su autobús de gira. Tenía 24 años. El grupo estaba en muy buena forma. Compruébalo aquí:

 


– “Nunca haremos un vídeo musical”
“Nunca haremos un vídeo musical”. Lo decían Metallica en sus primeros días, en una muestra de autenticidad y fidelidad al underground que les alzó (ajeno a costosos rodajes). Pero pasado el ecuador de los 80 no salir en MTV, entonces potente canal de emisión de vídeos musicales, era similar no tener presencia en internet hoy día. El cuarteto crecía y cambió de opinión, aunque debutó en este medio de promoción con One, un tema de más de siete minutos y que visualizaron con impactantes imágenes sacadas de la cruda película bélica Johnny cogió su fusil (de 1971).

  



– El éxito masivo y los fieles traicionados 
Mientras Nirvana a principios de los 90 mandaba a paseo al rock con pelos cardados, Metallica también se desmarcó entonces de lo excesivo de la década anterior. En su álbum homónimo (de 1991) se muestran más sobrios que antes. El disco vendió millones y les llevó más allá de las fronteras del heavy. Comenzó entonces el gran conflicto de Metallica para los siguientes años: ¿cómo crecer aún más sin quebrar los cimientos sobre los que se construyó la banda? Porque las guitarras acústicas de este Nothing else matters no sentaron nada bien a más de uno de sus antiguos fieles:

 


–  Whiskey en la jarra y pocas ideas en la recámara
En la segunda mitad de los 90, Metallica daba bandazos. Triunfaba el nu metal (Korn, Limp Bizkit…), un derivado entonces presuntamente moderno y efímero. Pero, afortunadamente, Metallica no probaron esa medicina. No había sitio para Metallica tras su éxito masivo. Entre grabaciones mediocres (¿alguien es capaz de escuchar sus álbumes Load Reload del tirón?) tuvieron que tirar de versiones para mantenerse. Esta acertada de Whiskey in the jar (tema tradicional irlandés popularizado en los 70 por Thin Lizzy) fue una buena baza:



– Importante: nunca denunciar a un fan
Paradojas. El grupo que creció al principio gracias al intercambio de cintas grabadas en casa (esto es: pirateadas) fue el primero que se enfrentó cara a cara con Napster, aquella gran plataforma para el intercambio gratuito de archivos sonoros en internet. Metallica fue tan lejos que hasta denunció a usuarios particulares de este servicio. Esto no aportó popularidad a la banda, precisamente. La siguiente parodia muestra a sus dos líderes, Ulrich y Hetfield, como dos auténticos borregos obsesionados con sus dólares:

 


– Un monstruo sin cabeza  
En enero de 2001, su entonces bajista Jason Newsted (48, EE UU), que entró para sustituir al fallecido Cliff Burton, dejó de forma inesperada la banda. Las inseguridades crecieron, como muestra el documental Some kind of monster. Retrata la crisis de identidad de Metallica: sus miembros se desnudan ante las cámaras,mientras un terapeuta con los jerséis más feos del mundo trata de poner orden en las cabezas de la banda. El grupo consigue salvarse, pero su creatividad no se enciende: su siguiente disco, St. Anger, de 2003, es flojo. En la siguiente secuencia de Some kind of monster Ulrich arregla viejas rencillas con Dave Mustaine, guitarrista al que expulsaron abruptamente en sus inicios:



– Y llegó el amigo de Macaco 
Para su último álbum, Death magnetic, Metallica contrató los servicios de Rick Rubin, el productor que pone las cosas en su sitio cuando un grupo está desorientado (ha trabajado para Red Hot Chili Peppers, AC/DC…).Hacía falta recuperar el rumbo heavy. La jugada salió decentemente bien: sin llegar a sus célebres primeros álbumes, Death magnetic (2008) muestra al grupo inspirado… por momentos. También tuvo que ver para este renacer la llegada de Robert Trujillo al bajo: músico con destreza, simpatía y experiencia (hasta tuvo un proyecto con nuestro Macaco, por cierto). The day that never comes fue el primer single de Death magnetic:



– La colaboración más sorprendente
En principio parece uno fusión rara: Metallica y Lou Reed han unido fuerzas para un álbum. Este último no se corta en alabarlo. “Es lo mejor que he hecho nunca”, dice Lou. “Es oscuro y penetrante”, cuenta quien lo ha escuchado. Esta versión de Sweet Jane, de Velvet Underground, hecha en vivo por ambas partes quizás dé pistas de por dónde pueden ir los próximos tiros de Metallica:

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