Cuando el bajista Jeff Ament dijo que Pearl Jam Twenty era “una carta de amor” del director Cameron Crowe a la banda, no mintió. Porque, claro, si bien la película promete (y cumple) con la consigna de ser un documental sobre los 20 años de carrera de Pearl Jam, no es difícil darse cuenta de que está hecha por un fanático de la banda de Seattle, un amigo que -a pesar intentar mantener esa distancia que presupone un documental- por momentos se mete en la historia y la narra en un tono casi complaciente, como aquel en el que todavía perdura el enamoramiento inicial e idealiza sin cuestionamientos.
Están claras las cosas que motivan e inspiran a Crowe. Su comienzo a los 15 años como periodista de Rolling Stone, su pasado como cronista de la realidad universitaria en su libroFast Times at Ridgemont High, y sus experiencias como director en Singles y Almost Famoushacen pensar que esos fueron los pasos previos y necesarios para que PJ20 sea tan sólida en lo que a su construcción se refiere, y para que no haya otro más indicado que Crowe para contar esa historia.
Si bien la génesis del grupo es historia conocida, no deja de ser interesante ver como todos los protagonistas lo recuerdan de la misma forma. Y no sólo los de la propia banda, sino también ese amigo y actor fundamental en la historia de Pearl Jam: Chris Cornell. El cantante de Soundgarden aparece como testigo privilegiado de una época en la que todos parecían conocerse con todos: Ament, Gossard, McCready, Abbruzzese, Vedder, Irons, Cameron, Cornell y Cobain vivían en un mundo demasiado pequeño, en el que círculo siempre cerraba perfecto. Aún con el golpe que significó la muerte de Andy Wood (el cantante de Mother Love Bone, banda previa a la formación de PJ y Soundgarden) todo parecía estar encaminado hacia un solo destino.
Otra muestra de la solidez narrativa de PJ20 es que cada una de las historias contadas con palabras se apoya en imágenes. Teniendo en cuenta que hacia fines de los ochenta no había cámaras pocket ni teléfonos que filmaran, es destacable el trabajo de archivo y selección que hizo Crowe, ayudando a crear un relato más realista y creíble de aquellos años. No son pocos los momentos emotivos, aunque tampoco tantos, pero sí es estremecedor ver cómo a Cornell se ahoga y se queda sin voz (sí, Cornell sin voz, créase o no) cuando recuerda la muerte de Wood.
Sin dudas, Pearl Jam Twenty es la película que los fans de la banda esperan ver, con todas las referencias obligadas a la formación del grupo y sus influencias, la explosión del grunge y el posterior distanciamiento de los medios, su pelea con Ticketmaster y la tragedia de Roskilde. Todo eso está, salvo la escena de Vedder junto a David Lynch (¿cómo es que aparece en el trailer y no en la edición final?) y la historia detallada (acá aparece muy recortada) sobre los numerosos cambios de baterista. Pero como queda claro en el film, Pearl Jam es la banda de Eddie Vedder y (en lo que a la película se refiere) de Cameron Crowe. Y nadie mejor que ellos para contar su propia historia -no la que les contaron- sino la que vivieron.
