Por Freddy Campos
Es el sábado 15 de julio de 2006. Van a ser las doce de la noche en el hotel Humboldt y desde afuera del edificio se escucha el vibrar de las ventanas como palmas batiendo al ritmo del House. Adentro, más de dos mil personas se reparten en múltiples ambientes, deleitándose con los sonidos de todas las tendencias electrónicas de la actualidad.
Es Boogie Nights Festival. Por más de doce horas se presentaron muchos de los mejores Djs del país. Unos a chispazo limpio en el Electro Room, otros, castigando con buen Drum n Bass, aquellos tripeando retro en el Funky Room, mientras arriba la oscura trama del Black Magic Sound contrapuntea con el mejor House del Mainfloor. Dos áreas principales de descanso, tipo chill out, reponen las fuerzas de la multitud.
Horas antes, como apertura, la lluvia no supo enfriar los ánimos de los que subieron temprano. Aunque empapados, desde temprano recuperan el calor en el Lobby art decó de los años 50. Para abrir el menú, Metra pone algo de buen funk, concovers de excelente gusto y referencias al cine de blackxplotation. Al rato, Army abre el Electro Room, mientras Carlos Cres hace lo mismo en el Mainfloor. Para iniciar la Black Magic, suena algo de hip hop y uno que otro Bboy comienza a moverse al ritmo. El raggamuffin, por su parte, ya se escucha en la tasca donde reinará el drum n bass.
La vibra sube a medida que los invitados llegan. Con las horas desfilan: Ruido, con una sesión entre español y máquina que revienta el Electro (que ya no se volverá a vaciar); Bostas Brain, con su performance que de por sí pocos han podido escuchar; Abe Borgman, quien inicia el auge housero en el área principal y como una de las grandes sorpresas de la noche; One-Chot y Requesón mandan con los micros en el funky room.
La fiesta está a reventar, y los grandesligas se suben a hacer lo suyo. A Alex no lo para nadie en su mezcla de incontables beats, Leo se inspira para poner a volar a las masas en el Main y Rombo crea un monstruoso back to back con reminiscencias dance y 80s al lado de Trujillo en el área Electro. Las bandas afinan en el Funky, mientras Guevara hace de las suyas. El Black Magic es pura música jamaiquina para tripear.
La noche ya no es tan joven y por el Funky Room pasan las bandas, Naxxo enciende la pachanga, Funk-U hace alucinar a todos los presentes con la mejor selección musical de la noche. Finalmente Tumbador recoge el testigo. La gozadera tropical no deja que nadie se quede en su asiento y ya el amor está en el aire, todos lo pueden sentir. Cuando se bajan, los beats mantienen arriba el ánimo en esta área.
Ya casi está por amanecer y es necesario bajar a la tierra, antes que el sol nos derrita las alas. Nos llevamos con nosotros la certeza unánime de haber vivido la rumba del año, una en la que nada desencajó y hubo mucha descarga para todos. Algo de Postal Service mientras bajas en la cabina del teleférico nunca cae mal como cierre.
Nota: Hubo más Djs y performers de los mencionados aquí, pero fue imposible escucharlos a todos.
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