Por Rufi Guerrero
Una jornada metalera puede resultar peligrosa para alguien como yo que viene escuchando a Oasis en el metro. En el ateneo esperaba la lluvia de camisas negras, unos cuantos personajes que se hacen llamar Berseikers y decenas de madres examinando a ver en que ha invertido su hijo los tiempos libres: era la jornada metalera del Festival Intercolegial de Rock.
Yo llegue medio tarde al sitio, así que los comentarios que les diré sobre los grupos que tocaron de primero vienen de terceras personas.
Temiga fue la banda con la escena más impresionante del día, demasiado acoplados, con un guitarrista que se movía, hacia volteretas, daba vueltas y saltos de rana y aún se recordaba de por donde iba la canción y con el vocalista con la voz más potente de la jornada. De Mantra oí puros ‘!Wow!’, ‘!Que arrecho!’, ‘!Que espectacular!’, pero nadie me supo explicar porque eran tan arrechos y espectaculares, tan así que lo más relevante que pude sacar de ellos fue ‘Su baterista era anteriormente percusionista en Salserín’… así que allí se las dejo.
Antares se trataba de una banda de virtuosillos con sus instrumentos. Genios del blackmetal que tenían un sonido armonioso y un toque bastante gótico en el teclado. Cuando hice mi aparición en la escena del crimen, las chicas de Liturgia Negra estaban en la mitad de sus maldiciones a la Virgen María.
Es evidente que sus tres ensayos por semana les han sentado bien, suenan muchísimo más potentes y acopladas, ya no se intimidan ante el público y la escena ha mejorado una barbaridad. Obviamente les falta progresa en varios aspectos (eso sí, muchos menos que cuando tocaron hace dos semanas en Vía de Escape), pero son la muestra viva de que ensayando regularmente se pueden hacer maravillas. Pa’lante.
El momento jocoso del festival se dio cuando se subió Alambre. Estoy totalmente en contra de hablar mal de las bandas que están comenzando, así que solo voy a dar un pequeño punto de vista: Si te tomaste el tiempo para llenar una planilla para inscribirte en un festival, y aparte también dedicaste parte de tu jornada laboral para juntar a tus panas con el fin de armar una banda… si además, tenias intenciones de tocar frente a un publico… como mínimo ¡Ensaya una vez en tu vida! Si vas a hacer una canción ¡Procura aunque sea entenderla tu! Y por ultimo, si las cosas no te salieron bien y no le puedes echar la culpa al ingeniero de sonido… ¡No la pagues con la guitarra! ¡Ella no eligió caer en tus manos!
Deadahead tocó el año pasado y dejaron patente que además de tener una banda, son también músicos (Cosa difícil hoy en día). El estilo puede no gustarle a muchos, pero no se puede dejar de reconocer que son unos genios ejecutando sus instrumentos. Soy el primer militante mundial en contra de los solos de batería, pero el de estos muchachines me dejo callado. El de guitarra no se queda atrás. Parecía una clínica de música la exhibición de estos chicuelos, pero Gillman no estaba en el jurado, así que no ganaron.
Smallpox resulto ser la banda elegida para pasar a la gran final. Al igual que la mayoría de los guitarristas del día, el de esta banda fue célebre. Una limpieza en la ejecución que no se ve en muchas bandas metaleras de hoy en día, full acoplamiento y una escena que atrapo a todos. Hicieron un cover de ‘The Memory Remains’ de Metallica, que por supuesto todo el mundo se sabía, así que pusieron a cantar a toda la sala.
Terminó Slavefilth. Suena a repetición, pero es que la competencia estuvo dura. Full armados y con una escena brutal. El sonido se torno muchísimo más pesado que el año pasado, así que fueron el broche perfecto después de 4 horas de griteríos e histerismo. El comegatismo rulea.
Perdón a los panas de Muerte Súbita y Trucks, pero no sé donde estaba cuando ustedes tocaron.
[osp]3.5[/osp]