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Deep Purple en Venezuela

Los legendarios rockeros, precursores del heavy metal, se presentaron el pasado 8 de marzo en el Anfiteatro del Centro Sambil, en Caracas.

Por Daniel Noboa

¡Qué placentero es disfrutar de excelentes conciertos en Caracas! De bandas verdaderamente legendarias, que a pesar de los años y las canas siguen entrompando y dándoles clases magistrales a niñitos maquillados que tocan en poliedros.

La semana pasada pudimos disfrutar del show que dio Deep Purple en el Anfiteatro del Centro Sambil en Caracas, en el marco de un ciclo de eventos clásicos que supueeeestaaaameeeeennnnteee va a traer a otros artistas de talla similar a los ya mencionados. Ver para creer.

El show no tuvo teloneros. Desde que las productoras venezolanas descubrieron una cosa llamada “selector” o “dj”, se olvidaron por completo de aquello de las bandas abridoras. Claro, en vez de pagarle un poco de plata, gastos técnicos, prueba de sonido (ok, esto fue una broma) y calándose berrinches – justificados- de los mánagers, ahora simplemente invitan a un pana con unos cds, o una laptop, que ponga canciones un rato, le dan que si 500 lucas y chao. Qué fácil ¿no?

El lugar estaba a reventar de gente, en su mayoría mayores de 40 años, quienes a lo largo de 2 horas recordaron con evidente emoción aquellos dorados años 70.

Y es que así tuvieras 15, 20, 40 o 60 años, la energía en vivo de Ian Gillan, Steve Morse, Ian Pace, Roger Glover y Don Airey emocionaba a cualquiera. Gillan, que ciertamente ha perdido algo de voz por el paso de los años, nunca dejó de sonreírle al público, mostrándose agradecido y cómodo por la recepción de la gente. Ni hablar de Steve Morse, quien aparte de ser un verdugo en la guitarra, se la pasó lanzándole besitos a las chicas en las primeras filas y sonriéndo con complicidad a los que casualmente cruzaban miradas con él.

Momentos memorables de la noche. Caramba, todo estuvo muy bien, pero hubo instantes donde los aplausos sonaron más fuerte, como por ejemplo cuando Morse realizó su solo de guitarra en el primer tercio del show, jugó un rato con su instrumento e hizo guiños a diversos clásicos de grupos como AC/DC, Jimi Hendrix, Lynyrd Skynyrd y hasta Sweet child o’ mine de Guns n’ Roses.

Memorable también el solo de teclado de Don Airey, que incluyó un fragmento del Alma Llanera que sacó una inmensa sonrisa a absolutamente todos los que estaban presentes.

Momento freak: cuando alguien del público le regaló a Ian Gillan un cuadro enorme con una foto de Caracas. O sea, ¿cómo metieron un cuadro en un concierto?

Lo que estuvo de más esa noche: bueno, no fue grave, pero cerca del final unos 3 metaleros, evidentemente emocionados, lograron montarse en tarima para saludar de mano y abrazo al legendario cantante. Cuando se subió el primero, éste sonrió y lo recibió, pero luego cuando se encaramaron 2 más, la cosa se puso tensa. Steve Morse, nunca molesto, incluso sonriente, hizo gestos de que por favor no siguieran haciendo eso. Y así fue.

El set list de la noche:
Pictures of home
Things I’ll never said
Into the fire
Strange kind of woman
Rapture of the deep
Marylong
Kiss tomorrow goodbye
Steve Morse’s solo (incluyendo Little wing, Back in black, Sweet home Alabama, Sweet child of mine)
Well dressed guitar
The battle rages on
Lazy
Solo de teclados (incluyendo Alma Llanera)
Perfect strangers
Space trucking
Highway star
Contact lost
Smoke on the water
Hush
Solo de batería y bajo
Black Night

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