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Por: Javier Urbina ([email protected])
Varias generaciones de rockeros fueron testigos de la máquina metalera que durante una hora y media estremeció al estacionamiento de La Casa del Artista. Justo al lado de la Mezquita de Caracas, los estadounidenses de Lamb of God hicieron de las suyas, presentando uno de los shows más impresionantes del año en cuanto a potencia musical, carisma y poder en escena.
Un poco de descontrol en la entrada, pero sin incidentes importantes, marcó el inició de una jornada que congregó gente de las distintas regiones del país. Con la primera preventa agotada, y aún con espacios libres entre el público, el recinto parece haberle quedado pequeño a los ya veteranos de Virginia, quienes mostraron por qué se encuentran contados entre las bandas más influyentes de la escena metal de los últimos tiempos.
Encasillarlos sería mezquino: su mezcla de groove, trash, death y cuanto estilo metálico sea imaginable, dejó extenuados a los asistentes que no pararon de saltar y girar cabezas durante todo el show. Muy puntuales, a las 9 de la noche, y con la intensa aclamación de sus fans venezolanos iniciaron su estremecedor camino por 15 temas entre los que se contaron la ahora clásica “Now You ve Got Something to Die for”, “Omerta”, “Laid to Rest”, “Redneck”, “Contractor” y “Set to Fail”, estas dos últimas de su más reciente álbum Wrath.
Una bandera de Venezuela con el nombre de la agrupación, voló directo desde el público hasta la tarima. Randy el vocalista, en un breve homenaje, se cubrió con ella para luego ponerla a los pies de la batería. Frases como: “¡Es la primera vez en Venezuela, es alucinante!”, “¿Pasaron un buen rato con Lamb of God?” y un reiterado “Canta, canta Venezuela”, encendió más los ánimos del público que seguía las instrucciones de la banda al pie de la letra.
Una olla impactante, separada en dos y colisionando una contra la otra entre saltos, trote y cantos, explotó en euforia frente a sus ídolos. El climax llegó con una clara y magnética interacción entre los integrantes del grupo mientras el cantante lanzaba el micrófono al piso una y otra vez, dejando claro por qué han sido nominados al Grammy en varias ocasiones como Mejor Performance Metal. Quedó demostrado que Lamb of God es rabia, energía, riffs, fuerza, contacto
metal de la cabeza a los pies.
Energía nacional
Bajo la bandera del tour de Lamb of God, la noche se inició con la actuación de Púah, un grupo de Barquisimeto que incluye percusiones afro-venezolanas en su formación. Canciones como Final 13, Traición y Yerro (a la cual denominaron su propio “Himno del Metal”), prendió la mecha del público. Nadie los presentó, pero mucha gente los conocía, se sabían sus canciones y vale decir que sonaron excelente.
A continuación un representante de los productores del evento Ale Indigo, agradeció al público, entre otras cosas, por mostrar que los rockeros son civilizados. Seguidamente La Casa del Artista entregó una placa de reconocimiento a Paul Gillman por sus años de trayectoria en el metal venezolano. Mucha gente lo abucheó, así que el homenajeado dijo algunas palabras con rapidez y presentó a los siguientes al bate.
Forget the Fallen también mostró un gran dominio del público. Bajo la frase “todo el mundo las manos arriba, que esto es un asalto” aumentaron la euforia de los asistentes, y aprovecharon para mostrar su música tocando “Taste the Pain”, el tema de su video oficial.
Distrust cerró el cartel nacional. En solo cuatro canciones, entre ellas Lost Inside, mostraron lo duro que pueden sonar, pero lamentablemente ya el público no estaba tan animado. Todos guardaban sus energías para seguirle el paso a los dioses de la noche: Lamb of God.
setlist:
01.The Passing
02. In Your Words
03. Set to Fail
04. Walk With Me In Hell
05. Now You ve Got Something To Die For
06. Ruin
07. Hourglass
08. Dead Seeds
09. Blacken the Cursed Sun
10. Descending
11. Contractor
12. Laid to Rest
13. Omerta
14. Vigil
15. Redneck
16. Black Label
