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El mundo cabe en una canción – Fito Páez

El mundo cabe en una canción. Si lo sabrá Fito Paéz que es experto para contar en cuatro minutos lo que le ha pasado desde el segundo en que nació hasta el momento de grabar el tema. Una afirmación que hace para componer otra canción en la que habla de él y reivindica a algunos grandes de la música, además de darle nombre a su nueva producción._br__br_Este es un disco definitivamente alegre. Con más esperanza que reclamo, no sólo en las letras optimistas con su indiscutible poesía, sino también en la música, que sin dejar el clásico rock de su batería-teclado, es muy dulce esta vez._br__br_Pleno de rock suavecito la mayoría de las letras son lindas y tranquilizadoras, y pocas tienen ese toque de rock rabioso que de vez en cuando suelta por ahí. Su prosa vuelve a recurrir a cosas cotidianas, a historias de sus panas y a frases como “ella tiró mi guitarra al fondo del río”, además de cantarle uuuuuna vez más a su querida y natal Rosario, sus padres, personajes y películas, y sí, nuevamente a Fabiana Cantilo. _br__br_A los que morimos por Fito, nada de esto nos importa, porque nos fascina escucharle sus oraciones, en ocasiones habladas porque no caben melódicamente en el compás de la canción, y seguramente tendremos un par de ellas de himnos y consentidas en este momento de la vida. Pero es un disco igualito a los demás, de hecho, se parece bastante a Circo Beat, a veces es como una evocación directa de ciertas piezas de ese álbum, como un pequeño tributo, diría yo. _br__br_La canción “Entrance” es idéntica a “Las tardes del sol, las noches del agua”, y seguramente encontrarán otras coincidencias, como en La hora del destino (con una historia de amor-policial buenísima), que parece haber sido trasladada desde 1994 o el uh-uh, uh-uh que se oye en “Enloquecer”, menos rockero que el de Circo pero que es como su primo hermano. Detallitos, nada más._br__br_Fito dijo que el orden de las canciones no es arbitrario porque es como la sucesión de un cuento, de acuerdo con la música (de eventuales riffs característicos y su típico tecleo) y la lírica de cada una. Aparte de la infiltración de una instrumental, Intermezzo, en la que revienta el teclado, pareciendo hacerle antesala a su voz, pero no…

Por Anairene Asuaje

El mundo cabe en una canción. Si lo sabrá Fito Paéz que es experto para contar en cuatro minutos lo que le ha pasado desde el segundo en que nació hasta el momento de grabar el tema. Una afirmación que hace para componer otra canción en la que habla de él y reivindica a algunos grandes de la música, además de darle nombre a su nueva producción.

Este es un disco definitivamente alegre. Con más esperanza que reclamo, no sólo en las letras optimistas con su indiscutible poesía, sino también en la música, que sin dejar el clásico rock de su batería-teclado, es muy dulce esta vez.

Pleno de rock suavecito la mayoría de las letras son lindas y tranquilizadoras, y pocas tienen ese toque de rock rabioso que de vez en cuando suelta por ahí. Su prosa vuelve a recurrir a cosas cotidianas, a historias de sus panas y a frases como “ella tiró mi guitarra al fondo del río”, además de cantarle uuuuuna vez más a su querida y natal Rosario, sus padres, personajes y películas, y sí, nuevamente a Fabiana Cantilo.

A los que morimos por Fito, nada de esto nos importa, porque nos fascina escucharle sus oraciones, en ocasiones habladas porque no caben melódicamente en el compás de la canción, y seguramente tendremos un par de ellas de himnos y consentidas en este momento de la vida. Pero es un disco igualito a los demás, de hecho, se parece bastante a Circo Beat, a veces es como una evocación directa de ciertas piezas de ese álbum, como un pequeño tributo, diría yo.

La canción “Entrance” es idéntica a “Las tardes del sol, las noches del agua”, y seguramente encontrarán otras coincidencias, como en La hora del destino (con una historia de amor-policial buenísima), que parece haber sido trasladada desde 1994 o el uh-uh, uh-uh que se oye en “Enloquecer”, menos rockero que el de Circo pero que es como su primo hermano. Detallitos, nada más.

Fito dijo que el orden de las canciones no es arbitrario porque es como la sucesión de un cuento, de acuerdo con la música (de eventuales riffs característicos y su típico tecleo) y la lírica de cada una. Aparte de la infiltración de una instrumental, Intermezzo, en la que revienta el teclado, pareciendo hacerle antesala a su voz, pero no…

A Favor: Es súper agradable, como para escucharlo en cualquier momento sin que sea cansón. Canciones pegajosas que cumplen su cometido “esperanzador” porque uno queda como de buen humor cuando las escucha. Temas como “Te aliviará” y “Fue por amor” son fijos de conciertos y de los mejores del tracklist.

En Contra: Este disco no tiene absolutamente nada nuevo ni trascendental. A quienes Fito les parece aburrido, no cambiarán su concepción gracias a las melosas canciones que conforman esta placa.

Después de tantas frases históricas para el rock latinoamericano, los lugares comunes como “lo importante no es llegar, lo importante es el camino”. Esa y otras que se cuelan por ahí, parecen frases de Sin Banderas.

Veredicto: Es el mismo Fito de siempre. Por eso, a su séquito de seguidores, le va a encantar, como un disco más. Es muy bueno, pero es más de lo mismo.

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