Por Daniel Noboa
Fito volvió a Venezuela. Esta vez a presentar su nuevo disco “El mundo cabe en una canción”, trabajo discográfico que si bien tiene un par de buenos temas, pasará un poco desapercibido entre los escuchas del día a día, no así con sus fans cegados, que seguramente lo idolatrarán y se referirían a él como un grandioso disco. Bah, no lo es.
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La visita de Páez se realizó un año después de que presentase en la misma Aula Magna de la Universidad Central de Venezuela su producción “Naturaleza Sangre”(otro disco más del montón por cierto). El show entonces fue, como acostumbran a ser los conciertos de este cantante argentino: muy bueno ciertamente, pero exactamente lo mismo de siempre.
Cuando presentó “Abre”(ese disco sí es una obra de arte), Fito Páez realizó un gran recital que, a juicio de muchos de sus seguidores, se ha repetido sólo cambiando algunas canciones por otras en sus posteriores visitas al país. Así entonces, se podría decir que si fuiste a un concierto de este cantante en su tour “Abre”, y fuiste la semana pasada a verlo a la UCV, pues viste prácticamente lo mismo.
El problema aquí es que Fito Páez adolece de algo que tienen otros músicos argentinos, como es el caso de Gustavo Cerati, quien cada vez que hace una gira, e incluso dentro de una misma gira, reinventa sus shows, reversiona sus canciones a tal punto que llega a hacerlas irreconocibles cuando se aburre de tocarlas siempre igual. Fito no sólo toca las canciones siempre idéntico, sino que toca las mismas, exactamente las mismas siempre. Algo que estaría bien si el artista tuviese sólo 3 o 4 discos, pero este señor tiene 17 discos, y suficientes temas buenos como para no tener que repetir tanto.
Sea como sea, este músico rosarino es un maestro, logra conectarse con el público y le da alegría a los corazones de los presentes en sus shows. Y así fue el fin de semana del 4 y 5 de noviembre en Caracas.
Con un Aula Magna llena ambas noches, Fito Páez se paseó por su repetido repertorio de los últimos años, con las respectivas variaciones para presentar nuevos temas y la presentación de un viejo tema que nunca antes había tocado en vivo: La Verónica (de “El amor después del amor”). De resto, los mismos chistes, y las mismas interacciones con el público: “Enciendan sus celulares”, “a ver alguien del público que me diga que quiere escuchar” y claro, no faltaba el típico “uh uh, uh uh” interactuado con el público en Circo Beat.
El set list, fue el mismo para ambas noches, con la única variación que el sábado tocó Tumbas de la Gloria y Un vestido y un amor, y el domingo en vez de esas, interpretó Carabelas nada:
Eso que llevas ahí
Fuga en Tabú
Yo te amé en Nicaragua
Te aliviará
El mundo cabe en una canción
La hora del destino
La Verónica
Cadáver Exquisito
La rueda mágica
Once y Seis
Carabelas nada
Oh Nena
Cable a tierra
Volver a mí
Y dale alegría a mi corazón
Brillante sobre el Mic
Naturaleza sangre
Sargent Maravilla
Circo Beat
Ciudad de Pobres Corazones
A rodar mi vida
Caminado por Rosario
Intermezzo
Dar es dar
Mariposa Tecnicolor
De todos modos, el show como tal estuvobien, los músicos aun cuando no tenían la energía del año pasado porque Fito cambió de baterista y de bajista, lo hicieron bien. La producción a cargo de Only Ticket Eventos fue impecable, demostrando ser una de las productoras de conciertos más serias y profesionales actualmente en el país.
Pero Fito, reinvéntate en tus shows papá.
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