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Invítame – Píxel

Este año amenaza hacia dos costados, primeramente los reencuentros de bandas emblemáticas de los ochenta y, gracias al cierre de nuestras fronteras, el salto a la palestra local de la producción musical nacional. Espero *valga lo último para recuperar nuestra migaja en la escena cultural latinoamericana. Advierto una mayor cantidad de reseñas dedicadas a las bandas criollas y grupos emblemáticos durante los años de mi infancia en búsqueda del éxito y la juventud perdida (léase Duran Duran y Tears for Fears)._br__br_Tiempo atrás la comidilla del rock nacional sonaba así: “¿Supiste que Danigno regresó y ahora tiene una banda con Norton?”La algarabía no podía ser mayor, pues se trataba de una leyenda nativa, prácticamente desaparecida tras el medianamente exitoso “Biorritmos”, acompañada de personajes divorciados de bandas de notable importancia. El trabuco de nuestro rock editó su placa debut que a unos encantó y otro tanto espantó. Luego de tres años, prácticamente sin dinero en los bolsillos y con la severa crisis económica apuñaleando su arte, Píxel nos trae “Invítame”, un álbum poco pretencioso dominado por melodías rockeras pegajosas permutadas con guitarras distorsionadas e ideas mal administradas.

Por Alberto Vento

Este año amenaza hacia dos costados, primeramente los reencuentros de bandas emblemáticas de los ochenta y, gracias al cierre de nuestras fronteras, el salto a la palestra local de la producción musical nacional. Espero *valga lo último para recuperar nuestra migaja en la escena cultural latinoamericana. Advierto una mayor cantidad de reseñas dedicadas a las bandas criollas y grupos emblemáticos durante los años de mi infancia en búsqueda del éxito y la juventud perdida (léase Duran Duran y Tears for Fears).

Tiempo atrás la comidilla del rock nacional sonaba así: “¿Supiste que Danigno regresó y ahora tiene una banda con Norton?”La algarabía no podía ser mayor, pues se trataba de una leyenda nativa, prácticamente desaparecida tras el medianamente exitoso “Biorritmos”, acompañada de personajes divorciados de bandas de notable importancia. El trabuco de nuestro rock editó su placa debut que a unos encantó y otro tanto espantó. Luego de tres años, prácticamente sin dinero en los bolsillos y con la severa crisis económica apuñaleando su arte, Píxel nos trae “Invítame”, un álbum poco pretencioso dominado por melodías rockeras pegajosas permutadas con guitarras distorsionadas e ideas mal administradas.

A Favor: Considero y estoy seguro que Píxel tiene la faculta de ser honorable, excelente y si se quiere, exportable. Sino como describir “Horas Muertas”; un hit de radio instantáneo. De las tantas ideas que se confunden en la grabación, la que mejor funciona es aquella donde se mezcla la disciplina del ritmo, la intuición de Norton, el buen gusto por la armonía de Tito y la peculiar y carismática voz de Pablo. Así nos llega “Imagínate”. Años sin escuchar una buena balada rock fabricada acá. Cepita. Todo funciona a cabalidad, sobretodo ese silbido tan armonioso con el cual acarician seis cuerdas impregnadas del delay adecuado. Decadencia de notas angustiadas y sostenidas resultas en “Flores” aunada a los hábiles arreglos de voces y certeras distorsiones de “Sola”; “Fugitivo” tema fácil y digerible para despedir un recorrido signado por el buen manejo de la distorsión. Si programan una lista en su reproductor con “Horas Muertas”, “5 Minutos”, “Imagínate”, “Flores”, “Invítame”, “Sola” y “El Fugitivo” obtendrán un disco conciso, arropado bajo una idiosincrasia. Así debió y pudo ser.

En Contra: El mayor defecto que tiene la placa es la pobreza de su identidad. No entiendo si querían publicar material donde la guitarra distorsionada con aliento a improvisación fuera preponderante, o ansiaban abusar del formato verso- estribillo. Tal vez querían revelar lo que habían hecho en tres años fuera de los cubículos de un estudio, sin darle ninguna aura al resultado. ¡Caramba! tres años son más que suficientes para arreglar doce canciones y pulirlas impecablemente. Y arreglarlas quiere decir algo más que colocar una grabación al final de un tema insistiendo “todas las flores son bellas”. Sin ánimos de ofender, entiendo que dos de sus principales comensales debaten su tiempo entre sus proyectos paralelos y “El Naturista”, pero creo que conforman una comuna de indudable talento y es inaceptable que se conformen con aprobar sólo la materia con diez puntos. En ocasiones consigo una ecualización de la batería un poco…¿insoportable? Por ejemplo, el redoblante en “Lejos de Tí” suena tan latoso y cercano que casi opaca la melodía. Entiendo que los músicos rara vez producen un disco donde todos los temas son apoteósicos, y por ende muchos de ellos cumplen la función de relleno de esa estética sonora que implica una nueva grabación, traigo a colisión esta tesis para adivinar si era necesario divulgar “El recibo”. Una canción muy divertida y movida cuya autoría se podría adjudicar más a una banda colegial de punk, de esas que campean por el este de la ciudad y que son surtidas por sus padres, y no a intérpretes con trayectoria en el medio. Lo mismo sucede en otras estaciones, donde las buenas ideas aportadas son desteñidas. El estribillo “hoy es viernes me enamoro” suena sospechosamente similar a uno de los tantos caballitos de guerra de una banda bandera del rock oscuro oriundo de Inglaterra. ¿Adivinaron?. A propósito, The Cure está por sacar nuevo material.

Ya para terminar, justo cuando Píxel recuerda que alguna vez existieron las guitarras acústicas fabrica una especie de ranchera cantada por el esposo camionetero borracho de cualquiera de las conserjes de este país. Siniestro modo de culminar.

Veredicto: “Invítame”, vale la pena. Tanto los llorones y nostálgicos que apelan al “EUS” para saciar sus ganas de revivir una época dorada pero pasada, no tienen nada que buscar. Esto es Píxel, una banda conformada por veteranos que busca redactar su propia biografía desde cero, haciendo buena música, despegando desde la alineación de cinco típica del rock.

Inobjetablemente si Píxel se desintegrara sería una pérdida atroz poco llorada. Aunque le harían un favor a FNB, porque así podrían ser considerados para un eventual tributo, sobretodo cuando a la hora de un homenaje los candidatos se esfuman y por los vientos que soplan para el 2007 estaremos rindiendo loas a “Melisa, la reina del rock”. Deseo esto no suceda y Píxel derroche todo el talento que permanece potencialmente oculto en sus filas, para así despotricar bazofias como “Unos Panas Ahí” de la radio. Que el jurado decida.

[osp]3.5[/osp]

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