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“Now you know, this is what it feels like” – NIN @ Poliedro de Caracas

La experiencia de Nine Inch Nails en Venezuela impresionó hasta al menos fanático de los presentes.

Por Juan Carlos Ascanio

Hay una diferencia entre un concierto y un espectáculo. Lo más común es disfrutar de conciertos: los músicos paraditos (a veces saltando), tocando tus canciones favoritas (o no tan favoritas) y todo bien. Pero lo que vimos ayer en El Poliedro de Caracas es otra cosa, es el mejor espectáculo de rock que ha visitado Venezuela.

Más allá de la simpatía por la banda, la experiencia de Nine Inch Nails en vivo impresionó hasta al menos fanático de los presentes, lo cual se notó en las caras de un público que no daba crédito a sus ojos. El espectáculo superó las expectativas levantadas por el álbum y los videos en directo que forman parte de su discografía: Closure (1997), And all that could have been (2002) y Beside you in time (2007).

La presentación de NIN fue in crescendo. Comenzó de manera arrolladora con la introducción y los tres primeros temas de su más reciente álbum, The Slip (2008): “999,999”, “1,000,000”, “Letting you” y “Discipline”. Ya desde este último las pantallas comenzaron a mostrar un poco de lo que venía.

La descarga siguió con el primer clásico de la noche, “March of the pigs”, seguido de “Piggy”, donde Josh Freese demostró porque es uno de los bateristas más cotizados del momento. Sin perder mucho tiempo se vinieron “The Frail” y “The Wretched” con un performance simplemente increíble y el público gritando a todo pulmón.

Antes de retomar los clásicos tocaron uno de los temas más potentes del nuevo álbum, “Head Down”, con Robin Finck metiéndole todo el peso a la guitarra. El segundo tercio del show arrancó con otro clásico, “Closer”, con un segmento de “The Only Time” en el medio (!). Aquí empezaron las sorpresas tecnológicas con video en vivo hacia las pantallas y demás. Sin mediar palabras, ni dar chance para un respiro, martillaron “Gave up”, con la que los viejos fanáticos deliramos.

Cerca de la mitad del show llegó el momento de desempolvar las máquinas para tocar “Me, I’m not”, “The great destroyer” y “Corona radiata” delante de una pantalla frontal que dejaba a los músicos a muy pocos metros del público, mientras que detrás de ellos las visuales no paraban.

Al finalizar esta tríada alucinante, “Pinion” anunciaba que venía “Wish” y aquí todo se volvió una locura nuevamente, sólo para rematar minutos más tarde con otro clásico, “Terrible lie”, ejecutada con una potencia imponente. “Survivalism” mostró nuevamente en las pantallas video en vivo (al estilo del video clip del tema) de cámaras situadas en tarima y en diferentes lugares del Poliedro de Caracas. Siguieron “The big come down” y “31 Ghosts IV”. Luego “Only” y el juego de Trent Reznor con la pantalla frontal. Increíble.

Finalmente, una pausa. Trent habló de lo jodida que está la situación en los Estados Unidos (hey Trent, aquí también) y dice que si McCain gana va a tener que buscar un sofá para aterrizar en otro país. Le dedicó el siguiente tema, “The hand that feeds”, a todos los George Bushes del mundo y toda la canción transcurrió con una imagen de George W. Bush que se transformó poco a poco en John McCain. Una imagen vale más que mil palabras.

Casi al final del espectáculo llegó el momento para el clásico de clásicos, una de las mejores canciones del repertorio: “Head like a hole”. Pantallas brillantes, mucho blanco, muchas luces, mucha energía. Fantástico (una vez más). Al finalizar el tema la banda se retiró del escenario, dejando un gran logo de NIN al frente y al público pidiendo el encore.

Después de algunos minutos comenzó el show de “Echoplex”, cuando salió Josh Freese a “programar” la secuencia del tema sobre la pantalla frontal. En un encore bastante generoso, siguieron con “The beginning of the end” y el espectacular e intenso performance de “Reptile”.

Evidentemente el show no podía terminar sin “Hurt”. El público coreó intensamente este himno. El espectáculo culminó con “In this twilight”, una elección más que adecuada. Los músicos se retiraron uno por uno, poco a poco. Hasta que más nada quedó.

La experiencia fue increíble. Este es el mejor line up desde la época de Charlie Clouser, Danny Lohner y Robin Finck. El retorno de este último fue una bendición para esta gira. Lástima que Josh Freese sólo estará hasta diciembre. Justin Meldal-Johnsen y Alessandro Cortini, excelentes músicos, cumplieron con la tarea de poner a sonar los temas de NIN como se debe. Estaré pendiente de volver a ver el show de NIN cuantas veces pueda, donde sea…y creo que no soy el único con ganas de más.

Setlist:
01. 999,999
02. 1,000,000
03. Letting you
04. Discipline
05. March of the pigs
06. Piggy
07. The frail
08. The wretched
09. Head down
10. Closer (con segmento de “The Only Time”)
11. Gave up
12. Interlude
13. Me, I’m not
14. The great destroyer
15. Corona radiata
16. Pinion
17. Wish
18. Terrible lie
19. Survivalism
20. The big come down
21. 31 Ghosts IV
22. Only
23. The hand that feeds
24. Head like a hole
Encore:
25. Echoplex
26. The beginning of the end
27. Reptile
28. Hurt
29. In this twilight

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