Joaquín Sabina se encontraba dando una conferencia en el hotel de lujo Sheraton de Montevideo el pasado lunes, un día antes de ofrecer el único concierto en la capital de Uruguay, dentro de su gira por Latinoamérica, El último tren. Cuando, en medio de unos versos, encendióun cigarrillo, sin preocuparse de que en el país latinoamericano está un vigor la misma Ley Antitabaco que en España. Es decir, está prohibido fumar en cualquier sitio público cerrado. Los periodistas que acudieron al encuentro no salían de su asombro al ver cómo el músico español dabas tranquilas caladas a su cigarrillo. “Yo fumo porque aquí hay un cenicero. Y ahora no tiro elpucho[cigarro, en Uruguay] ni loco“, espetó el músico español a los periodistas. Y añadió, según informa el diario uruguayo El Observador: “En casos como este pienso, sin ser nada neoliberal, que no lo soy en absoluto, que el Estado interviene demasiado en las vidas de la gente“. Pero Sabina no sólo habló de tabaco. Según el canal Saeta TV de Uruguay, el músico español afirmó: “Con 20 años de edad y sin dinero habría practicado piratería en Internet“. No puede ser más políticamente incorrecto.
Dejamos el vídeo de la rueda de prensa, en la que Sabina aparece fumando:
El cigarro del autor de 19 días y 500 noches puede costarle al Sheraton de Montevideo hasta 8.000 euros de multa. “El hotel es el responsable de que no se fume, no Sabina. El Ministerio de Salud Pública de Uruguay no sanciona a los adictos“, explicó el uruguayo Winston Abascal, director del Programa Nacional de Control de Tabaco. La directora de Relaciones Públicas del hotel, Anabella Jünger, comentó: “Se le solicitó al cantante que parara, pero él se negó”. Sabina, un tipo de ideas fijas
