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¡Viva Santana! ¡a 12º grados!

Con una inusual temperatura que desafái el calentamiento global, el guitarrista de origen mexicano volvió a Venezuela para presentarse ante un público adulto que disfrutó al máximo del show.

Por Alberto Vento

Existen dos Santana. El primero, vive en el recuerdo de los años ya lejanos de finales de los sesenta y que fue capaz de cautivar a Woodstock y posteriormente el mundo entero, con un estilo pionero en fusionar elementos del rock con sonidos latinos y africanos. El otro, transita por el mundo con su leyenda, y exprime su último momento de alta popularidad, cuando hace una década reinó en las carteleras y los premios Grammy, justo en un momento donde la música hecha en Latinoamérica, no necesariamente latina, tomó el interés del mercado estadounidense.

El campo de fútbol de la USB se ha convertido en ese espacio tan anhelado por los productores locales para presentar aquellos espectáculos que no son necesariamente masivos, ni de un aforo tan escaso como para resignarlos a una sala. Hace frío en marzo, mucho frío. Ni el clima, ni el tráfico parecen detener a la gran cantidad de adultos entre los cincuenta y setenta años, que hoy quieren revivir su juventud junto a sus hijos. “Si hace años te enseñé a manejar bicicleta, hoy aprenderás sobre rock”, dirá más de uno.

Toda la logística está muy bien hecha. Veo lecciones aprendidas. Un ejemplo: existe una taquilla de canje para los boletos impresos que fueron adquiridos vía web. Qué bueno, estamos mejorando. Muy pronto, el área de gradas estará habilitada para que las personas se puedan sentar, si así lo desean.

Justo a las nueva y media, muy puntual, hace su entrada al escenario la banda. Excelente por demás. Tienen aspecto de casino de Aruba, todos irradian felicidad latina y hay como tres americanos coleados. Uno tiene la sensación que no se hablan y mucho menos se quieren. Pero no hay que engañarse, entre los músicos se encuentran Chester Thompson (Teclados) y Dennis Chambers (Batería), dos de los mejores músicos de sesión del mundo.

Arrancan con un video de la presentación de Santana en Woodstock 1969, y como era predecible el primer tema es “Soul Sacrifice”. Carlos está ataviado de un sweater verde, al parecer también le molesta el clima. Las cosas quedan muy claras desde el principio: El es una leyenda y un guitarrista virtuoso, está acompañado de una banda increíble de la cual es su estrella. No vino a ofrecer un show cargado de efectos especiales y luces, aquí lo más importante es la música y su genio hablando a través de su guitarra.

Los primeros veinte minutos los culminan “Incident at Neshabur”, descarga incluida en Abraxas, producción elemental en su discografía, y el clásico “No One To Depend on”. “Vamos a imaginarnos que estamos en Hawaii”, pide Santana saludando a toda la audiencia en su torpe español. Le sigue un “Maria Maria”, hit del álbum comercialmente aclamado “Supernatural”. Toda la juventud presente en la audiencia la entona, mientras los mayores miran al cielo aguardando por los temas clásicos y fundamentales de comienzos de su carrera. Justo en este tema, entran en escena los dos vocalistas, que no lo hacen mal, pero están a años luz de un tipo como Gregg Rolie.

La siguiente hora de concierto, transcurre entre composiciones que si bien nos dibujan la esencia del sonido Santana, nos advierten cuan agotada puede estar su propuesta. Aunque no tiene sentido exigirle algún viraje a estas alturas de su carrera, canciones como “Africa Bamba” no tendrían vida si no tuviese a un guitarrista de su talla dictando cátedra desde la tarima. De hecho, guardan cierta reminiscencia a melodías evangélicas. Cosa que no sería tan descabellada si tomamos en cuenta la mística espiritual que predomina en la obra y vida de Santana.

La súper esperada y aclamada balada “Samba pa Ti” hace su aparición a mitad de concierto. Varios aprovechan para bailar con su pareja como en su juventud, y así evadir el frío. Prosigue una parte algo tediosa del recital con solos de batería, bajo y percusión que ciertamente entretienen, pero son clichés que nadie usa ya en vivo. Nuevamente Santana, se saca de su bolsillo “Black Magic Woman / Gypsy Queen” y “Oye Como Va” para acallar los bostezos. De este último, Tito Puente comentó en alguna oportunidad que recibió más regalías por esta versión que por la suya propia.

Luego de dos horas haciendo sonar su Paul Reed Smith, y haciéndonos recordar porqué fue considerado en su momentos como uno de los mejores guitarrista del planeta, culmina la primera parte con “Smooth”, que en directo puede llegar a ser más insoportable que en su época de alta rotación en las estaciones de radio. Posterior a un breve descanso, todos los músicos retoman sus posiciones e interpretan esa detestable colaboración con Maná llamada “Corazón Espinado”, para finalmente levantar los ánimos con Jingo; tema que describe exactamente esa frontera o punto ideal de cocción entre el rock y los ritmos latinos o africanos que representa el sonido clásico de Santana.

No cabe duda que fue un gran concierto, ver a una leyenda del rock sobreviviente de la primera edición Woodstock siempre es algo que se deba agradecer. Más aun, si se trata de un pionero del rock de fusión que está en total forma, reluce vitalidad y buena vibra.

1. SOUL SACRIFICE
2. VIVE LA VIDA
3. INCIDENT AT NESHABUR
4. BATUKA/ NO ONE TO DEPEND ON
5. MARIA MARIA
6. FOO FOO
7. OLE’
8. AFRICA BAMBA
9. SAMBA PA TI
10. 4 ELEMENTS/ AFRICA IN AMERICA
11. CARLOS BLUES JAM
12. YALEO/ BASS AND DRUM SOLO
13. CURACION
14. BMW/ GYPSY QUEEN
15. OYE COMO VA
16. SPARTACUS/ EUROPA
17. SMOOTH/ DAME TU AMOR

18. CORAZON ESPINADO
19. JINGO

[osp]3.5[/osp]

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