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Black Swan

"The Black Swan sorprende visualmente. Cada toma y encuadre posee una intención visual muy poderosa y crea un ámbito claustrofóbico, surreal y aun así muy bellos."

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Por: Aglaia Berlutti (@Aglaia_Berlutti)

Darren Aronofsky es conocido por sus historias desconcertantes, duras, que rozan la tenue línea entre la locura y la belleza más dolorosa. Pi, Requiem for a Dream, El luchador e incluso la criticada La fuente, fueron muestras del Universo complejo que el autor maneja en sus películas a través de símbolos visuales.  Todos sus films han sido elaboradas  historias sobre universos diminutos y asfixiantes, que terminan destruyéndose asi mismos. Con  Black Swan, lleva su personal formula visual y narrativa a otro nivel:  logró lo que intentó en Requiem For a Dream sin conseguirlo: una  atmosfera perfecta de furia y demencia, una abstracción absoluta de un tipo de terror muy sutil. La historia transcurre entre el suspenso, el miedo, la obsesión sin nunca decantarse por un género especifico. El guión avanza sin tropiezos,  sin perder el pulso, hasta un final maravilloso, la última pieza de un engranaje cuidadosamente calculado para crear esa implosión de la narración en si misma.

No obstante, lo que más sorprende en The Black Swan es el poder del guión. No es una película sencilla de digerir: de hecho las escenas se componen una a otras con tanta rudeza y en ocasiones, leve confusión, que el ritmo se hace trepidante. Pero aun así, la narración nunca pierde el sentido: se desliza en la intricada y retorcida historia con suma facilidad, ensamblándose en arcos argumentales perfectamente definidos. Y más aún: la historia se sostiene sobre sí misma, se elabora con tanta minuciosidad que aunque sabemos el previsible misterio, aunque comienza a revelarse lentamente, nunca pierde sentido.

Punto aparte resulta la estupenda actuación de Natalie Portman, reciente ganadora del Globo de Oro en el film.  Como actriz de sobresaliente talento, Portman siempre ha rondado sin conseguirlo, el verdadero reconocimiento a su capacidad histriónica. Tal vez por ello su carrera ante las cámaras nos resulte tan errática: desde obras inolvidables como The Professional – atípica opera prima de Luc Besson – hasta blockbuster palomiteros como La nueva trilogía de la Guerra de las Galaxias. No obstante,  en  Black Swan finalmente conocemos a la Portman que todos intuíamos existía: una actriz de método, poderosa, exquisitamente contenida, llena de una poderosa capacidad para expresar el horror, la obsesión y el miedo con apenas con un gesto. Una actuación magnifica, que probablemente la haga merecedora de una nominación al Oscar y si la Academia olvida su acendrada desconfianza por Aronofsky, la mismísima estatuilla.

Y el grupo de actores que la rodean se encuentra a su altura. Lo admito, me sorprendió la actuación de Mila Kunis. Tal vez se deba a que el recuerdo de That 70s Show aun tiene una sombra muy larga sobre su carrera, o que simplemente, todos sus papeles previos antes de su inspirada Lily en The Black Swan jamás me anunciaron la inspirada actuación de la que disfrute en la película. Como sea el caso, su actuación brilla por si misma en medio de un elenco de estrellas: su personaje crea su propio rostro en medio de los desconcertantes giros de la historia. Al final, tenemos la impresión que Kunis, radiante y fuerte, crea un verdadero contraparte frente a la Imbatible Portman. Incluso, los secundarios de lujo,  con una extrañamente inquietante Winona Ryder y un maravilloso Vincent Cassel, aportan a la historia una solidez que pocas veces encontramos en un reparto medianamente coral.

The Black Swan sorprende visualmente. Cada toma y encuadre posee una intención visual muy poderosa y crea un ámbito claustrofóbico, surreal y aun así muy bellos. Juegos de luces, exquisitos primeros planos, maravillosas escenas cenitales, otorgan a la película un carácter indudable, pero sobre todo una belleza escénica que parece alcanzar su cuota más altas cuando la tensión de la trama se hace insoportable. Si como yo, disfrutas muchísimo de las películas con un consistente bagaje visual,  Black Swan es para ti.

The Black Swan sorprende por su crudeza: aunque se encuentra ambientada en el Mundo del ballet, recrea con enérgicas pinceladas secuenciales  el pequeño mundillo violentamente competitivo de esta bella – y casi siempre hostil – disciplina. En  Black Swan  la furiosa obsesión, la pasión enajenada y violenta que suele despertar el ballet entre sus filas, está perfectamente expresado no solo a nivel visual, sino en la lucha, perenne, magnifica, dura y evidentemente cruel que su guión logra plasmar como punto de partida de una historia desconcertante.

Aronofsky nos sorprende de nuevo sin duda. Esperemos entonces que en sus próximos proyectos “The Wolverine” y “The Machine Man” logre conservar el virtuosismo inquietante que demostró en esta magnifica pieza fílmica.

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