Por Luis Bond
Asustar cada vez se hace más complicado en el cine. Si bien es cierto que durante mucho tiempo los americanos llevaron la batuta del terror, en los últimos años han perdido espacio frente a los asiáticos. Son cada vez menos las películas de Hollywood que nos sobresaltan y todavía menor la cantidad que trasciende al Olimpo. El terror es uno de los géneros más complicados de trabajar: se necesita un guión impecable, un trabajo del sonido con precisión de cirujano, una fotografía y arte que hagan de cada plano algo aterrador, una edición casi matemática y, por supuesto, un trabajo de filigrana por parte de la dirección que permita crear el suspenso necesario para asustar.El conjuro tiene todas estas piezas engranadas a la perfección, transformándose en una de las películas más aterradoras de la última década. Por si fuera poco, nos asusta rindiendo homenaje en cada plano a todos los clásicos del género, transformándola en un film único.
Basada en una historia de la vida real, la película comienza cuando los Perron (una familia compuesta por papá, mamá y cinco hijas) se mudan a una casa antigua en el medio de la nada. Como ya es convención en las películas de terror, cuando llega la noche el hogar comienza a transformarse en un sitio amenazador: las puertas se cierran y abren solas, las niñas comienzan a sentir cosas raras, se escuchan ruidos extraños y eventualmente aparecen espíritus aterradores. Paralelo a esto, conocemos a Lorraine (Vera Farmiga) y Ed Warren (Patrick Wilson), una pareja que investiga fenómenos paranormales. Los Warren son famosos por trabajar de una manera sistemática, casi científica, todos los fenómenos extra sensoriales que llegan a sus manos y tienen decenas de casos documentados al respecto. Como es de esperarse, la familia Perron, desesperada de los ataques constantes que reciben en su casa, contactan a los Warren para que los ayuden. Los Warren acuden al hogar de los Perron y comienzan a lidiar con la presencia maligna que poco a poco se intensifica a medida que ellos descubren el misterio que realmente encierra la casa.
Aunque no parece nada nuevo a nivel argumental, El conjuro es LApelícula de terror. Su fortaleza reside en tomar partes emblemáticas (escenas, estética, música, convenciones) de los clásicos del género y adaptarlos con maestría a su puesta en escena. El resultado es algo completamente original creado con partes viejas, una suerte de tributo al terror y que funciona como si se tratase de algo nuevo. James Wan, su director, sabe lo que hace y entiende que en materia de sustos más vale la calidad que la cantidad y que dicha maestría sólo se alcanza cuando se acumula la tensión suficiente por medio del suspenso. Wan elude todos los lugares comunes del género y nos asusta a veces cuando menos lo esperamos y en otras se regodea con la música y los planos anunciándonos que viene el susto. Sin duda alguna, El conjuro es de lo mejor de este año 2013.
Lo mejor: Está basada en una historia real, cosa que la hace más terrorífica. Todas las actuaciones de lujo. La música incidental atorrante de la vieja escuela. Hay sustos nuevos y otros revisitados que engranan a la perfección.
Lo malo: Se viene una segunda parte, esperemos que no se transforme en otra franquicia como las de Saw. Prepárense para despertarse de gratis a las 3am y no poder dormir de nuevo aterrorizados.
Veredicto: El conjuro tiene todos los elementos que poseen muchas películas de terror en su dosis justa. Es un experimento que podría ser un film más del montón, pero que trasciende elevándose a lo mejor de su género. En la escala del terror se merece un 5/5.
