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Jack Ryan: Código sombra: cuando la formula no es suficiente

Crítica a la película Jack Ryan: Código Sombra, dirigida por Kenneth Branagh

Por Luis Bond

Tom Clancy pasó a la historia por haber dejado su huella en muchas formas artísticas. Para algunos, es el creador de sagas de videojuegos famosos como Rainbow Six o Splinter Cell, para otros es un aclamado novelista y, al mismo tiempo, la mente detrás de varios thriller políticos que hemos disfrutado en la gran pantalla. Clancy era de esta clase de autores (al mejor estilo Dan Brown o Patricia Cornwell) que prefieren enfocarse en la creación de un arco narrativo complejo, lleno de intrigas, vueltas de tuerca y con muchas cosas en riesgo, más allá de crear personajes memorables dentro de dichas aventuras. A pesar de esto, Clancy tenía su favorito: Jack Ryan. Parecido al Tom Ripley de Patricia Highsmith o al James Bond de Ian Fleming, Ryan es el protagonista de varias de sus historias, sin que estas estén hiladas entre sí, siendo más importante su contexto político que el protagonismo del personaje principal. Jack Ryan: código sombra, lastimosamente, y a pesar de ser una película de acción con todas las de la ley, es probablemente la película más floja que se ha hecho sobre el personaje de Clancy, sin decir que sea mala o que no cumpla con su objetivo principal: llenar la pantalla de acción y adrenalina.

La historia nos cuenta brevemente la génesis de Jack Ryan (Chris Pine): desde cómo dejó de ser un brillante estudiante de economía para ir a la guerra a servir a su país, hasta como termina trabajando para la CIA en una operación encubierta al ser reclutado por Thomas Harper (Kevin Costner). Ryan acepta la misión por ser un trabajo de espionaje de oficina: extraer información, analizarla, entregar reportes. Mucho trabajo de escritorio, cero peligro. Las cosas se complican cuando Ryan descubre que existen unas transacciones oscuras para Rusia y, analizando los datos de las mismas, dichas podrían comprometer la economía de Estados Unidos. Harper lo manda a Rusia, como agente encubierto, para averiguar más al respecto, desencadenando una serie de hechos que terminarán obligando a Ryan a ser un agente de campo. Las cosas se complican todavía más cuando Ryan recibe sorpresivamente la visita de su novia Cathy (Keira Knightley), quien ignora por completo que Ryan es un agente encubierto y que está en la mira de Victor Cherevin (Kenneth Branagh), un terrorista que planea atacar a Estados Unidos y que es  capaz de eliminar a quien sea que se interponga en su camino.

Aunque Jack Ryan: Código sombra tiene todas las características de una buena película de acción/thriller político (un héroe que siempre está en peligro, una chica linda, una gran conspiración, villanos extranjeros que dan miedo, la CIA, entre otros), visual y narrativamente no aporta absolutamente nada nuevo al género que pertenece. Dista muchísimo de la profundidad y acción de otras películas donde está Jack Ryan como La caza del octubre rojo, La suma de todos los miedos y Juego de patriotas. Chris Pine cumple al cabo con su labor de héroe de acción, pero está lejos de alcanzar a sus predecesores en la piel de Ryan (Alec Baldwin, Harrison Ford, por no meter a Ben Affleck en el paquete). Su director (y antagonista de la historia) Kenneth Branagh, a pesar de ser responsable de películas de la talla de Frankestein, Henry V, Hamlet y Operación Valkyria, hace una película de género formal, sacada del molde, lo cual le resta muchísima fuerza a una premisa que ya de por si traía pocas novedades. Sin duda, es el film más bajo perfil de la saga de Ryan cuando debería ser uno de los más épicos al ser precisamente este el que narra la gesta de este héroe. Típica película para ver un domingo en la tarde, pasar un buen rato y que al cabo de un mes, probablemente, será engullida por el olvido.

Lo bueno: la hermosa Keira Knightley en un papel bastante fresco en comparación a los que últimamente vemos de ella. Chris Pine sigue demostrando que puede ser un excelente héroe de acción. Kenneth Branagh, es tremendo antagonista.

Lo malo: sus secuencias de acción no sorprenden, ya hemos visto todo lo que plantean mil veces en pantalla. El conflicto principal puede ser complicado de seguir si el espectador no entiende nada de economía. Es demasiado pro-yankee (al punto de caer casi en la propaganda).

Veredicto: de todas las historias de Clancy que se han llevado al cine, y de las varias que se han hecho con Jack Ryan como protagonista, Jack Ryan: Código sombra es la menos interesante de todas. No por esto es una mala película, cumple con lo que promete sin impresionar. Le doy 3/5.

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